Tras la publicación de la versión original de la novela Detrás de sus ojos -o Behind the eyes– en el mercado de Reino Unido y EE.UU., muchos de sus lectores se volcaron a Twitter para comentar su conclusión bajo el hashtag #WTFThatEnding o “que mierda ese final”.
La manera más directa con que dieron su parecer quienes leyeron el libro de Sarah Pinborough y se sorprendieron -para bien y para mal- con el desenlace de su narración; la que ahora llega a Netflix convertida en la miniserie homónima de seis capítulos.
Los que se inician en un atardecer de Londres, cuando la joven madre soltera Louise Barnsley (Simona Brown) se arregla para luego juntarse con su amiga en un bar. Sin embargo, cuando ya se encuentra allí, ésta le avisa que no podrá llegar.
Ante ello, Louise, o Lou, decide irse. Pero al salir del local choca con el vaso de un desconocido y hace que se derrame sobre su camisa. Un accidente que se transformará en una amena conversación con este escocés llamado David (Tom Bateman).
Charla que tras algunas copas culminará con un beso y David literalmente huyendo del lugar. Un encuentro que habría sido solo una anécdota en la vida de Lou, sino fuera por el hecho de que él es su nuevo jefe en la consulta psiquiátrica donde trabaja como secretaria.
Y no solo eso, ya que además él está casado con la elegante Adele (Eve Hewson), por lo que deciden dejar en el pasado el beso que se dieron. Sin embargo, las cosas están lejos de simplificarse, menos cuando de manera imprevista Lou y Adele se conocen en la calle.
Un peligroso triángulo que mezcla romance y amistad
Esto las lleva a hacerse amigas, después de que Adele le confiesa lo sola que se encuentra tras haberse mudado hace poco con David a Londres. De manera paralela Lou no puede resistirse más al encanto del psiquiatra e inician un apasionado romance.
Un triángulo que mezcla romance con amistad, y que según Lou, como le afirma a su amiga, podrá manejar mientras David y Adele no se enteren. Y que será el motor de la miniserie hasta que se suma un cuarto personaje que viene del pasado.
Su nombre es Rob (Robert Aramayo) y hace más de una década, como lo muestran diferentes flashbacks, se convirtió en el mejor amigo de Adele durante los días que ella estuvo internada en una institución mental, después de la trágica muerte de sus padres.
Una figura a la que se suma otro elemento adicional: los terrores nocturnos que no solo afectaban a Rob, sino también siguen sufriendo Adele y Louise. Los que, según la primera de ellas, podrían combatirse con una técnica que ya utilizó y le sirvió a su compañero.
La que está detallada paso a paso en un diario que Adele le pasa a Louise y que la secretaria comienza a leer y a poner en práctica casi de inmediato. Un elemento no menor en una trama que de improviso pasa del thriller al suspenso con ribetes sobrenaturales.
Todo lo que después de las seis emisiones de Detrás de sus ojos converge en un final que, aunque difiere del de la novela -que dejó impactados a varios lectores-, puede sorprender o defraudar, pero no resta efectividad al camino que la miniserie tomó para llegar a éste.