Desde Polonia, con mucha acción, llega Día de la Madre, la película de Netflix con una mujer dispuesta a todo por su descendencia, como hace poco también lo hizo Jennifer Lopez.
Ya que la nueva cinta presenta a Nina, el personaje encarnado por la actriz Agnieszka Grochowska, que, casi igual que la asesina de Lopez en La madre, debe rescatar al hijo que dejó hace años.
En el corazón de la realización polaca dirigida por Mateusz Rakowicz, y con un guión escrito por él junto a Lukasz M. Maciejewski, que tiene como motor la presencia y fortaleza de Grochowska.
La actriz que el público de la plataforma ya conocía por series como Bosque adentro y Ni una palabra, que acá encara el desafío de interpretar a una ex soldado de las fuerzas especiales.
Una mayor del ejército que fingió su muerte para proteger a su hijo Maks (Adrian Delikta), quien a los 17 años vive como un adolescente normal junto a sus cariñosos padres adoptivos.
Aunque siempre bajo la mirada atenta de Nina, quien lo vigila desde las sombras, ya sea desde fuera de una ventana o por medio de las redes sociales. Pero todo está por cambiar violentamente.
Nina lucha por rescatar a Maks
Lo que sucede luego de que Maks es raptado por un grupo de enmascarados y, con la ayuda de su viejo camarada Igor (Dariusz Chojnacki), ella descubre el nombre detrás del ataque.
Spiridon Dragan, el misterioso hijo de un hombre que hace algún tiempo fue asesinado por la protagonista, bajo el alias Kikimora, y ahora busca vengarse haciendo desaparecer al muchacho.
Un trabajo que el poderoso Dragan encargó al psicopático Voltímetro (Szymon Wróblewski), el joven capo criminal que controla desde el narcotráfico hasta la trata de personas en Varsovia.
Sin embargo, este volátil mafioso no cuenta con la habilidad casi sobrenatural de Nina en la defensa personal y el manejo de armas blancas o de fuego, además de algunos elementos inusuales.
Como lo muestra la escena inicial y otra ambientada en una cocina, donde la callada, pero mortal antiheroína del relato elimina a sus rivales con latas de cerveza, zanahorias o un sartén.
En muchos de los pasajes de la cinta marcados por la violencia, un ingrediente esencial, junto a la presencia de Grochowska, para atraer la atención del público y darle ritmo a una trama algo predecible.