Dinero fácil: la serie, el relato criminal sueco pasa del cine a la oferta original de Netflix
Las novelas de Jens Lapidus, que inspiraron la aplaudida película de 2010, son la base de la nueva producción que mezcla acción, suspenso y drama.
Ni más ni menos que el director italoamericano Martin Scorsese auspició el estreno en EE.UU. de Dinero fácil, dos años después de que la cinta de Daniel Espinosa, el realizador sueco hijo de chileno, debutara en cines nórdicos, convirtiéndose en fenómeno de taquilla.
Una película de suspenso y acción que en 2010 llevó a la pantalla Snabba cash, la primera de las novelas de la denominada trilogía de Estocolmo, de Jens Lapidus, y que fue seguida por dos secuelas. Y hoy, una década más tarde, inspira la nueva producción original de Netflix, titulada Dinero fácil, la serie.
Una realización sueca de seis capítulos, que tiene entre sus productores al mismo Lapidus y une las vivencias de distintos personajes que habitan un barrio al norte de Estocolmo. Entre ellos Leya (Evin Ahmad), una viuda y madre soltera que trabaja en un restaurante libanés.
Pero su gran sueño es poner en marcha su empresa emergente TargetCoach, para lo que supone contar con la ayuda de un inversionista. Sin embargo, este último no cumple con su parte del trato y obliga a Leya a buscar dinero en otro lugar.
De forma paralela se conoce a Salim (Alexander Abdallah), un joven de ascendencia siria que canta en celebraciones tradicionales y también posee otra ocupación un poco más peligrosa: sicario del exitoso traficante llamado Ravy (Dada Fungula Bozela).
Aunque en los últimos días las cosas para Ravy y sus hombres se han puesto más complicadas, ya que su rival en el narcotráfico comenzó a vender droga en su sector del barrio, dando inicio a una serie de ataques a mano armada entre bandas rivales.
Sueños de cambio en peligro
Y mientras Leya busca que el empresario tecnológico Tomas Storm (Olle Sarri) invierta en su empresa, el destino pone en su camino a Salim, quien de inmediato entabla amistad con su hijo de cinco años, Sami (Lennox Söderström), sin revelar su verdadera ocupación.
Pero hay un detalle que ambos desconocen: están vinculados por Ravy, quien es jefe de Salim y además hermano de la desaparecida pareja de Leya, por lo que trata de acercarse a su sobrino Sami. Sin embargo, por trabajar con drogas su ex cuñada lo aleja del niño.
Lo que cambiará repentinamente cuando ella tenga que recurrir al criminal para pedirle la millonaria suma de dinero con la que saldará la deuda con su ex inversor y concretará su sociedad con Storm. Un peligroso movimiento que será clave en el devenir de la trama de Dinero fácil.
Todo lo que va conformando un pequeño, pero complejo puzzle de nombres -al que hay que agregar el del quinceañero Tim (Ali Alarik)-, sueños, deudas, peligros y sacrificio, que va llevando al espacio por un camino que, capítulo a capítulo, escala en suspenso y violencia.
Como también crece la desesperación de sus protagonistas, quienes con el paso de los días se van involucrando en un juego que los aleja del éxito y la normalidad que, como hijos de inmigrantes, anhelaban. Lo que visualmente se recalca con el uso de la cámara en mano.
Un recurso que por momentos puede ser un poco agotador para el espectador, pero que contribuye al ritmo creciente y envolvente de Dinero fácil, serie que, a 11 años del estreno de la cinta original, logra revivir el espíritu de su historia y del trabajo literario de Lapidus.
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