Insólita es una buena palabra para definir a Dos, la producción española que llega a Netflix para mostrar su trama de suspenso que poco tiene en común con otras películas del género y que ocupa el cuarto lugar entre los largometrajes como directora de Mar Targarona. 

La realizadora catalana que también ha producido importantes títulos como El orfanato (2007) y cuyas dos cintas anteriores también son parte de la oferta de la plataforma: el thriller Secuestro (2016) y el drama biográfico El fotógrafo de Mauthausen (2018).

Y ahora explora de una manera aún más singular en el misterio con el filme escrito por Cuca Canals, Christian Molina y Mike Hostench, que se inicia el día en que una mujer y un hombre, que no se conocen, despiertan desnudos y unidos por el abdomen en una cama.

Sus nombres, como se sabe después, son David (Pablo Derqui) y Sara (Marina Gatell), y luego del impacto inicial de descubrirse unidos a alguien que no habían visto antes, en una habitación también desconocida, comienzan a buscar una explicación a lo que sucede.

Primero se dan cuenta que ambos tienen mucha sed y recuerdan haber salido para una cita, en el caso de él, y para reunirse con su marido, en el de ella, y empiezan a elucubrar con el hecho de que pueden haber sido drogados con algo que anuló su voluntad.

Luego viene el saber si tienen algo en común, pero al parecer no hay nada. Él es de un barrio popular y labora en el puerto, y ella es de un sector acomodado y antes trabajaba en una tienda. Uno es huérfano y tiene 38 años, y la otra 33 y estudió en un colegio pagado.

Inusuales descubrimientos y revelaciones

Su siguiente paso es tratar de salir de la cama en que se encuentran para ver si sirve un teléfono fijo que está sobre una mesa. Cuando logran incorporarse, a pesar del dolor que implica que estén cosidos por el abdomen, se dan cuenta que el aparato no funciona.

Sin embargo, cerca de este hay agua, la que beben desesperadamente para luego darse cuenta que ambos quieren ir al baño. Un momento que Sara describe como “el más humillante” de su vida, al que sigue, tras cortarse la luz, que alguien entra y les deja algo.

Al volver la iluminación, descubren un par de analgésicos que toman de inmediato para aplacar el dolor de cabeza que tienen. Desde allí comienzan a hacer inusuales descubrimientos, como biblias y dentro de una de ellas la foto de una chica que se llamaría Rita.

Y empiezan a salir a la luz detalles que relacionan el entorno con el marido de Sara, quien se llama Mario y es un experto en Ciencias Exactas y Filosofía, obsesionado con el número dos y su estudio. Además que la verdadera ocupación de David es ser escort de mujeres.

En el transcurso de la primera parte de un relato de un poco más de una hora de duración, que sorprende y deja al espectador siempre enganchado con lo que le ocurre a los protagonistas. Al que sigue un segmento marcado por las confesiones personales.

Todo lo que desemboca en un final aún más retorcido, donde al suspenso se suman algunas cuotas de horror. Lo que hace de Dos una de las películas españolas más peculiares e inquietantes del último tiempo, que ahora forma parte del catálogo de Netflix.

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