Sus grandes cuotas de erotismo hicieron del libro El amante de Lady Chatterley objeto del desdén de la rígida sociedad británica de inicios del siglo XX, convirtiéndolo en blanco de la censura por varios años.
Sin embargo, el nivel de su prosa y la mirada que ofrece a la liberación sexual femenina, además de su crítica a las diferencias de clase y la industrialización, la transformaron en un clásico indeleble.
En el que D.H. Lawrence retrata el prohibido y carnal encuentro entre una dama de la sociedad con el guardabosques que trabaja para la gran propiedad en que ella vive con su marido postrado.
Una trama transgresora para su época, llevada varias veces a la pantalla y que ahora retorna a las nuevas audiencias en la película original de Netflix, dirigida por Laure de Clermont-Tonnerre.
La actriz y realizadora francesa que por segunda vez guía un largometraje, logrando una de las más bellas y sensibles traducciones a la pantalla de la última gran novela escrita por Lawrence.
Lo que concreta con un manejo maduro y discreto de los temas más “sensibles” de la historia, además de las emotivas interpretaciones de Emma Corrin y Jack O’Connell como su pareja protagónica.
Connie encuentra la compañía de Oliver
Los que guían una trama que se inicia cuando Constance Reid (Corrin, The Crown) se casa con Clifford Chatterley (Matthew Duckett), baronet heredero de una acaudalada y tradicional familia.
Pero la felicidad inicial de la pareja pronto se ve sacudida por el retorno de Clifford al campo de batalla y la herida de combate que lo deja en una silla de ruedas, cambiando desde ese momento su matrimonio.
Ya que mientras Constance o Connie se convierte en su principal apoyo tras mudarse a la finca Wragby, él se enfoca en sus intereses -la literatura y luego el manejo de una mina-, dejando de lado a su esposa.
La cual, empujada por su hermana Hilda (Faye Marsay) y su salud, contrata a la señora Bolton (Joely Richardson), para que cuide a Clifford, dedicando sus días a la lectura y los paseos por la finca.
En los que conoce a Oliver Mellors (O’Connell), el guardabosques de Wragby con el que inicia una relación en un primer momento marcada solo por el sexo, que pronto se convierte en romance y complicidad.
Lo que se va desarrollando en una trama de ritmo pausado, pero preciso para una cinta marcada por el placer y la búsqueda de la felicidad, además de una crítica al clasismo, que es simplemente una historia de amor.