El ángel de la muerte: el interesante drama criminal de Netflix basado en un caso real
Eddie Redmayne y Jessica Chastain protagonizan la cinta dirigida por el danés Tobias Lindholm que lleva a la pantalla la historia del asesino serial Charles Cullen, el enfermero que provocó la muerte de cientos de pacientes,
El guionista y realizador Tobias Lindholm debuta en una realización en Hollywood con El ángel de la muerte, después de haber sido parte de reconocidas películas en su natal Dinamarca como Otra ronda.
Y lo concreta llevando a la pantalla de Netflix una cinta centrada en un asesino serial, después que la plataforma se viera sacudida con una serie y un documental centrados en Jeffrey Dahmer.
La cual dirige teniendo como guía el argumento que Krysty Wilson-Cairns escribió en base el libro El ángel de la muerte: el asesino en serie más prolífico de la historia de Estados Unidos, de Charles Graeber.
El periodista estadounidense que revivió en su libro el caso real de Charles Cullen, el enfermero que durante 16 años provocó la muerte de cientos de pacientes, mientras los cuidaba de noche.
Una asistencia que se volvió mortal y con la que Cullen “acabó con el sufrimiento” de enfermos en diferentes hospitales del noreste de EE.UU., que hoy revive en pantalla en el filme de Lindholm.
Entre el drama, el suspenso y la realidad
Un drama anclado en el suspenso y la realidad que se centra en la última etapa del accionar de este enfermero -encarnado aquí por Eddie Redmayne-, desde que llega a trabajar al Parkfield Memorial.
El hospital de Nueva Jersey en el que en 2003 ya trabajaba Amy Loughren (Jessica Chastain) como enfermera de noche, mientras le esconde a sus colegas que sufre de una grave condición cardiaca.
La que mantendrá en silencio hasta que pase el tiempo requerido como trabajador contratado para que el seguro de salud cubra su tratamiento. Pero el recién llegado Charles descubre su afección.
Y en una gran muestra de bondad decide apoyarla, incluso con sus dos pequeñas hijas, por lo que se convierten rápidamente en amigos. Al mismo tiempo que el hospital solicita la ayuda de la policía.
Esto porque sospechan que la muerte de una paciente no fue accidental o natural, por lo que llegan a investigar los detectives Danny Baldwin (Nnamdi Asomugha) y Tim Braun (Noah Emmerich).
Las sospechas de la policía y Amy
Pero todo es extraño, ya que la encargada del hospital y el abogado de este solicitan la ayuda policial siete meses después de ocurrido el fallecimiento, cuando la supuesta víctima ya fue cremada por su familia.
Lo que empuja a los agentes a que sigan en el caso y lleguen al nombre de Cullen, quien fue despedido de otras instituciones de salud de forma inesperada, pero no cuentan con muchos datos más.
Hasta que en sus entrevistas con los funcionarios de Parkfield quedan unos minutos a solas con Amy y esta les hace notar que en el informe de suministro de medicinas aparece una dosis extra de insulina.
Lo que hace que ella misma comience a dudar de su colega y mejor amigo, ayudando a los policías a reunir pruebas relacionadas con el acceso a la insulina y otras medicinas que tiene Cullen.
En el nudo dramático de una historia interesante, pero que queda un tanto al debe en su nivel de tensión y profundización de los personajes. Sin embargo, todo lo compensa el trabajo de Chastain y Redmayne en pantalla.
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