Dentro de los nombres que visitan con regularidad Netflix, Adam Sandler se destaca no solo por títulos de su productora para el servicio, sino que también con piezas como El astronauta.
La película dirigida por Johan Renck en la que el comediante interviene solo como protagonista de la inusual historia basada en la novela El astronauta de Bohemia (2017).
La cual fue escrita por Jaroslav Kalfař y llegó a la pantalla a comienzos de este año, tras la larga posproducción que siguió a su rodaje de 2021 y la huelga de guionistas en EE.UU.
Cuando debutó en la Gala Especial del pasado Festival Internacional de Cine de Berlín, en febrero pasado, para ahora llegar al mundo a través de la plataforma de streaming.
Dando así la oportunidad a Sandler de volver a demostrar que es más que un comediante y que el drama también se la da muy bien, ahora en el papel de Jakub Procházka.
Jakob tiene un extraño visitante
El astronauta que encabeza la misión checa en busca de una muestra de la nube Chopra, fenómeno que desde hace cuatro años se observa claramente desde la Tierra.
Un cosmonauta, como él mismo se define en un momento, que al comienzo del relato lleva seis meses de misión -189 días, para precisar- y ya se encuentra más allá de Júpiter.
Muy cerca de su objetivo final de recolección de partículas de Chopra, aunque su propósito comienza a quedar un tanto relegado por las situaciones y sentimientos que debe encarar.
Primero porque en el fondo de su corazón sabe que su matrimonio con la embarazada Lenka (Carey Mulligan) comienza a resquebrajarse, al igual que parte de su cordura.
A lo que se suma la aparición de un extraño visitante, tal vez inspirado en las “spiders from Mars” de Bowie: una inmensa criatura con forma de araña y la voz de Paul Dano.
Una viaje por las emociones
La que proviene de otra galaxia y otro tiempo, y, al igual que Jakub, es un viajero del espacio que optó por la soledad, hasta que la presencia del terrestre llamó su atención.
Al cual este reflexivo ser, bautizado Hanuš, decide llamar “humano flaco”, mientras lo acompaña, explorando sus recuerdos y emociones, en especial su relación con Lenka.
Todo lo que Renck opta por mostrar con un estilo de narración pausado -a veces mucho- y algo confuso, donde los recuerdos del protagonista son esenciales.
Los que permiten conocer fragmentos de la relación con su padre y el nacimiento de su amor por Lenka, mientras en la Tierra ella trata de seguir adelante en soledad.
Ya que acá la soledad es una palabra clave, al igual que la delgada frontera entre la realidad y el desvarío por la que se mueve Jakub, en la precisa y contenida interpretación de Sandler.