El baile de las luciérnagas: una imbatible amistad que se tiñe de melodrama
Katherine Heigl y Sarah Chalke protagonizan la nueva serie original de Netflix que muestra cómo dos amigas comparten sus vidas y problemas a lo largo de 30 años.
Con más de 20 novelas como sus creaciones, a sus 60 años de edad Kristin Hannah se ubica como una de las escritoras más exitosas de EE.UU. en el último tiempo. Una autora bestseller que llega a Netflix con la versión para la pantalla de El baile de las luciérnagas.
El libro lanzado por esta ex abogada en 2008 y que se convirtió rápidamente en un multiventas gracias a la emotiva historia que se va relatando a lo largo de sus páginas: la de Kate Mularkey y Tallulah Hart, quienes se conocen como adolescentes en el verano del 74.
Una relación que se replica en la versión como serie que fue creada por Maggie Friedman y que llega a la plataforma para relatar la historia de Kate y Tully, como le dicen a Tallulah, a lo largo de sus vidas, desde los años 70 hasta los 2000, centrándose en etapas específicas.
Así, sus 10 episodios las muestran en su adolescencia, en los años 80 y en 2003; desde que forjaron sus amistad, pasando por sus años universitarios y los inicios de sus carreras, hasta que en su madurez enfrentan conflictos profesionales como también amorosos.
Una amistad que surge después de que Tully (Ali Skovbye) se muda con su madre a una de las casas de la calle Firefly (luciérnaga en inglés), luego de que la criara su abuela, mientras, desde el frente, las observa su joven vecina Kate (Roan Curtis).
Y aunque en un comienzo las chicas no se prestan atención, al tener opuestas personalidades -con Tully como la popular y Kate como la tímida-, el destino une sus caminos y encuentran una en la otra el refugio para enfrentar sus problemas.
Una amistad algo confusa
Una conexión que se hace cada vez más fuerte y permanece hasta que han cruzado la barrera de los 40 años de edad y Tully (Katherine Heigl) se encuentra en la cúspide profesional, mientras Kate (Sarah Chalke) enfrenta un divorcio y decide volver a trabajar.
Pero el relato, que salta del pasado al presente con demasiada facilidad -tendiendo a confundir al espectador menos atento-, también muestra cómo fue que ellas llegaron a ese momento, donde es clave la época en que trabajaron en el canal de noticias KPOC.
Donde Tully da sus primeros pasos como periodista, que luego la llevarán a ser la conductora estrella del programa La Hora de la Amiga, y Kate se revela como escritora y productora, y además conoce al hombre de su vida: Johnny Ryan (Ben Lawson).
Momentos sustanciales que se suman a otros pasajes que reafirman su amistad, donde siempre es predominante la audacia de Tully frente a la amabilidad y paciencia de Kate; y la presencia de otros personajes que complementan sus vidas para bien o para mal.
Como la madre de la primera, Cloud (Beau Garrett), que dejó en su hija un gran trauma por su liberal modo de asumir la maternidad, o la familia de la segunda, los Mularkey, conformada por unos padres en apariencia perfectos y un hermano que oculta su homosexualidad.
Lo que dibuja una historia de amistad incondicional, que permite a sus protagonistas enfrentar grandes pruebas, pero no salva a El baile de las luciérnagas de sentirse algo repetitiva y confusa, y con tendencia a sobrepasar la barrera del drama al melodrama.
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