A sus 45 años Jacek Dukaj se ha convertido en una figura de la novela de ficción polaca. Para aquellos que no han oído de él, El camino de la noche servirá para conocer algo del estilo literario que la ha dado fama.
Esto, porque la primera serie belga para Netflix toma como inspiración el inquietante y a la vez atrapante relato de su novela El viejo Axolotl (2015), donde la vida biológica en la Tierra ha sido arrasada y reemplazada por existencia mecánica.
La historia de esta miniserie creada por Jason George se inicia en Bruselas, cuando llega a su aeropuerto la ex soldado Sylvie (Pauline Etienne) para tomar el avión de Be Airways que la llevará a Moscú, después de perder a su novio por una enfermedad.
Cuando Sylvie y algunos de los pasajeros abordan el vuelo, un hombre le quita su alma a uno de los guardias de la terminal y sube violentamente a la aeronave. Después, él obliga al copiloto a dejar el aeropuerto sin el resto de la tripulación.
Pronto se sabrá que su nombre es Terenzio (Stefano Cassetti) y no es un terrorista, sino un oficial italiano perteneciente a la OTAN y afirma que el sol está matando a los habitantes del planeta.
A pesar de lo disparatado de su afirmación, luego los pasajeros y navegantes -el copiloto Matthieu (Laurent Capelluto) y Sylvie- tendrán un fugaz acceso a internet con sus celulares que les confirmará que los dichos de Terenzio son una realidad.
Gran parte de los humanos desaparecieron luego de ver salir el sol, ya que por el anormal cambio de su polaridad este comenzó a emitir rayos gamma con un poder devastador, similar al de miles de bombas atómicas.
Una atrapante serie
Ante la catástrofe en marcha, los pocos a bordo de este vuelo buscan un camino, guiados por Matthieu, que los lleve lejos del amanecer. Pero este no es su único drama, ya que también comienzan a chocar sus distintas personalidades.
No solo están Matthieu, Sylvie y Terenzio. También, Zara (Regina Bikkinina) y su pequeño hijo con problemas respiratorios, la enfermera Laura (Bebetida Sadjo), el técnico Jakub (Ksawery Szlenkier) o el comerciante Ayaz (Mehmet Kurtulus).
Algunos de los integrantes de este grupo de hombres y mujeres, de distintas razas y orígenes, que se convirtieron en los pocos con vida en el mundo; luego de que todo rastro de existencia biológica esté siendo arrasada, mientras ellos vuelan sobre la Tierra.
Y son los nombres de varios de ellos los que además se convierten en el título y el eje de los seis capítulos que componen El camino de la noche. Una atrapante serie que logra mezclar de muy buena forma la ficción posapocalíptica y el suspenso.
Una combinación que puede ser no tan original, pero que bajo la dirección de los jóvenes realizadores Dirk Verheye y Inti Calfat cobra nueva energía, gracias al manejo del ritmo del relato, como también de la tensión que nunca abandona su narración.
Por lo mismo, la primera serie belga de Netflix se convirtió en una de las buenas y muy comentadas apuestas de su catálogo de mayo, haciendo ya que muchos de sus seguidores estén pidiendo una nueva temporada.