Para el público español, Carlos Montero ya era famoso en los 2000 como creador de Física o química, la serie adolescente ambientada en una secundaria. Un escenario que, cargado al suspenso, repitió en la popular Élite y hoy vuelve a usar en El desorden que dejas.

Su nueva apuesta para Netflix, donde toma como base la novela homónima que él escribió en 2016, para dar vida a una historia de secretos y chantajes, en la que deja en un plano secundario a los alumnos para centrarse en dos profesoras.

Ellas son Raquel (Inma Cuesta) y Viruca (Bárbara Lennie), docentes del ramo de literatura cuyos destinos tienen como punto en común el ficticio poblado de Novariz, en el interior de Galicia. Un lugar en que se hace realidad el dicho “pueblo chico, infierno grande”.

Es aquí donde habita Viruca, quien al comienzo de la serie está en su departamento viendo algo en el computador, cuando llaman a la puerta y hace una copia de un archivo en su celular, para luego comprobar que quien golpea es su ex marido, Mauro (Roberto Enríquez).

Luego la trama cambia de escenario y se traslada al departamento con vista al mar, en La Coruña, en el que vive Raquel con su marido, Germán (Tamar Novas), pero del que se mudarán para asentarse en Novariz y comenzar una nueva vida.

Una en la que Raquel tratará de dejar atrás definitivamente la depresión que le provocó la muerte de su madre, retomando su labor como profesora, mientras su esposo se unirá a su hermano en el manejo del restaurante que su familia tiene en el pueblo hace años.

Dos mujeres, un relato

Con la llegada de la pareja a este lugar comienzan también a entrelazarse las vivencias de Viruca y Raquel. Así, se ve cómo esta última llega a la secundaria local para asumir la cátedra de literatura, luego de que la anterior profesora del ramo se suicidara.

Una vez en la sala de clases, Raquel se da cuenta de inmediato que su presencia no es bienvenida por los alumnos, especialmente por parte de Nerea (Isabel Garrido), Iago (Arón Piper) y Roi (Roque Ruiz). Algo que se reafirma cuando recibe un inquietante mensaje.

En este se lee “¿y tú cuánto vas a tardar en morir”, en directa alusión al destino de la persona a la que reemplaza: Viruca, cuyo cadáver se encontró hace algunas semanas en el río local, luego de haberse quitado la vida con una gran cantidad de tranquilizantes.

Desde ese momento el relato de El desorden que dejas se divide entre lo que enfrenta Raquel con sus alumnos como también con su marido, que incluye mentiras y chantaje, y lo que confrontó Raquel hace un tiempo atrás, dando pistas sobre qué o quién podría haber provocado su muerte.

Una singular mezcla de tiempos, espacios y personajes, que podría llevar a la confusión de algunos de sus espectadores, pero que finalmente va haciendo encajar las piezas que entregan sus ocho episodios hacia una resolución convincente, que sorprenderá a muchos.

Todo lo que convierte a El desorden que dejas en un más que recomendable thriller psicológico, que se atreve a explorar en la depresión y el abuso, y que confirma a España como una eficaz industria de buenas y envolventes producciones seriales.

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