El joven Wallander: las primeras investigaciones del famoso detective sueco llegan a Netflix
Esta nueva serie de suspenso de Netflix muestra a un novato Kurt Wallander dando sus primeros pasos en la policía de Malmö.
Luego de transformarse en personaje clave de la literatura nórdica de suspenso, el inspector Kurt Wallander saltó a la TV en dos series en su natal Suecia y otra de la BBC, con Kenneth Branagh como su alter ego, para hoy revivir en Netflix en El joven Wallander.
Una serie que se filmó en Suecia, hablada en inglés y con actores en su mayoría británicos -a excepción de su protagonista-, que además instala la acción en el presente, como un juego temporal que olvida que en su madurez el detective se movía entre los años 90 y 2000.
Así, es en la ciudad de Malmö de hoy que un veinteañero Kurt (Adam Pålsson) patrulla las calles en compañía de su amigo y colega Reza Al-Rahman (Yasen Atour), preocupándose de casos menores, como una fiesta muy ruidosa en una tranquila comunidad.
Pero al volver a su departamento en el barrio de Rosengaard, donde vive gran cantidad de inmigrantes, el novel agente es testigo de una tragedia durante la madrugada, cuando un adolescente que no era del lugar muere por una granada que estalla en su boca.
Un crimen que hace a Kurt revelar a sus vecinos que es parte de la policía y del que luego acusan a Ibra (Jordan Adene), un joven que había discutido en una cancha de fútbol con la víctima y que Wallander conoce y sabe que no podría haberlo asesinado.
Y es precisamente esta cercanía del policía novato con el barrio de la explosión y sus habitantes lo que lleva al jefe de la investigación, el Superintendente Hemberg (Richard Dillane), a promoverlo a detective y convertirlo en su asistente principal.
Pistas y personajes de un puzzle policial
Sin embargo, las cosas se complican más luego de que Kurt y sus compañeros de comisaría deben vigilar una marcha antiinmigración. Acá a Reza lo atacan los miembros de un grupo neonazi y Wallander es apuñalado por alguien que había visto tras la explosión.
Esto deja a Kurt herido y a su amigo en estado de coma en un hospital, mientras se van sumando sospechosos y pistas a la investigación que en su calidad de novato él está realizando junto a Hemberg y la detective Frida Rask (Leanne Best).
Entre ellos el tráfico de armas vinculado a un empresario de origen yugoslavo, otro vecino de Kurt que conoce del comercio de droga en un club nocturno -que también se relaciona con Ibra-, y la presencia del millonario filántropo Gustav Munck (Alan Emrys).
Un verdadero puzzle policial cuyas piezas se van ajustando a lo largo de los seis episodios de El joven Wallander y que, como se deja ver desde el inicio de su relato, involucra un crimen de odio que afecta a la comunidad de inmigrantes legales e ilegales de Malmö.
Pero hay elementos adicionales que solo entenderán los seguidores de Wallander en sus novelas y series anteriores. Entre estos saber quién es el responsable de que surja su gusto por la ópera y ser testigos del inicio de su relación con Mona (Ellise Chappell).
Todo lo que lleva a un cierre de esta primera temporada, marcada por un correcto aunque muy pausado ritmo, donde solo unos pocos reciben su recompensa o castigo, dejando cabos sueltos que obligan al retorno de El joven Wallander en una segunda temporada.
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