El juego del calamar: el desafío, el atrapante reality de Netflix basado en el exitoso k-drama
La famosa serie con Lee Jung-jae inspira el espacio donde 456 personas compiten por un millonario premio, enfrentando los juegos infantiles modificados que se conocieron en 2021, junto a renovados desafíos.
Cuando una serie es éxito de popularidad y crítica, claramente tendrá una secuela. Pero en el caso del fenómeno surcoreano de 2021 fue más allá e inspiró El juego del calamar: el desafío.
El reality show de Netflix donde un grupo de jugadores de distintos lugares del mundo se enfrentan, al igual que Seong Gi-hun (Lee Jung-jae), en diferentes competencias.
Las que no tienen consecuencias mortales, pero logran generar la misma intensidad, tragedias y rivalidades que en la ficción encararon los 456 participantes del famoso k-drama.
Lo que se expone a lo largo de 10 capítulos, cinco de los cuales debutaron hoy, para luego sumar cuatro más el 29 de noviembre y una emisión final el 6 de diciembre.
En una modalidad de estreno que complementa la tensión presente desde el primer episodio, cuando varios de los participantes esperan por su transporte en medio de la noche.
En la confirmación de que el espacio es fiel a su fuente de origen desde el minuto cero de su desarrollo, algo que los fanáticos de El juego del calamar original disfrutarán obviamente.
Viejos y nuevos desafíos a superar
Una fidelidad que tiene su punto más alto cuando, poco después de la partida del reality, los competidores se enfrentan al primero de los desafíos inspirados en juegos infantiles coreanos.
El famoso Luz roja, luz verde, donde deben correr hacia un lugar seguro, mientras una muñeca animatrónica no los mira, ya que si al hacerlo detecta movimiento serán castigados.
En la intensa y prometedora partida de una competencia que tiene como premio real US$ 4,56 millones, pero agrega algunas pruebas adicionales al grupo de heterogéneos participantes.
Entre los que se cuentan una madre y su hijo, un ex basquetbolista con alma de líder y un joven al que no le importa ganarse la antipatía de sus compañeros por ser “auténtico”.
Los que, a pesar de la promesa de la multinacionalidad, son en su mayoría estadounidenses y británicos, y no tardan en demostrar que las alianzas y fidelidades están para ser rotas.
Al mismo tiempo que su número se reduce rápidamente al encarar pruebas ya conocidas como Dalgona, donde se saca una figura de una galleta de azúcar, o “nuevas”, como Batalla Naval.
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