El negocio de las drogas: la docuserie de Netflix que revela las cifras y conflictos en torno al narcotráfico
Una ex analista de la CIA es la anfitriona de esta serie documental que, a través de seis capítulos, ofrece una ágil y documentada mirada a la millonaria industria de los estupefacientes.
Dentro del amplio contenido relacionado con las drogas de Netflix, la realidad y la ficción conviven de manera exitosa, desde la serie Narcos hasta la docuserie Los problemas de la química. Su última adición es parte del documental y tiene por nombre El negocio de las drogas.
Como su título lo indica, el espacio ofrece una documentada visión sobre la industria del narcotráfico, como también de los efectos de los estupefacientes entre quienes los consumen, teniendo como guía del recorrido a la ex agente de la CIA, Amaryllis Fox.
Ella es la encargada de llevar al espectador, en su doble papel de conductora y de entrevistadora, a través de seis capítulos. Cada uno se enfoca en una sustancia ilícita específica, como la heroína, la metanfetamina y la cocaína.
Así, en el primer episodio la docuserie se centra en este último estupefaciente, que mueve miles de millones de dólares anualmente en su comercialización por el mundo. Un viaje que se inicia con una conversación con un hombre llamado Ray en Los Angeles, EE.UU.
Este es un traficante que vende la droga a consumidores en California, tras un extenso recorrido que tiene como punto inicial Colombia, donde los cocaleros obtienen las hojas de la planta de la coca que, luego de varias etapas, serán convertidas en cocaína.
Una emisión donde Fox conversa con productores y traficantes, como también con miembros del ejército colombiano y de la policía mexicana en Ciudad Juárez, quienes cada día controlan el paso de diferentes vehículos a El Paso, la puerta de entrada a EE.UU.
Las diferentes aristas del narcotráfico
A todas estas piezas también se suman las opiniones de expertos en economía, médicos e investigadores, que contribuyen a dar una completa mirada; desde cómo se desarrolla el negocio de los estupefacientes hasta cómo pueden afectar al cuerpo y al cerebro.
Con esta misma mezcla se van desenvolviendo los capítulos siguientes. Así, de la cocaína se pasa a las drogas sintéticas, que, cómo se explica en la emisión, tiene entre sus principales protagonistas al químico Alexander Shulgin y su MDMA o éxtasis.
Luego es el turno de la heroína, para lo que el equipo de producción encabezado por Fox viaja hasta Kenia, donde su tráfico se ha tomado las calles y desde allí se ha extendido a lo ancho del continente africano, aunque su fuente de origen esté en Asia Central.
De ahí vienen los episodios de El negocio de las drogas dedicados a la metanfetamina, con Birmania como eje productor y distribuidor; a la marihuana, y el efecto de la legalización en su comercio en EE.UU, y los opioides, con la oxicodona como detonante de una epidemia.
Todo en capítulos de entre media hora y 45 minutos de duración, que ofrece una ágil y atrapante mirada al mundo de las drogas, su tráfico y su consumo; con cifras millonarias en torno a su comercialización, que envuelven muchas muertes y conflictos.
Una producción donde Fox pone en práctica su experiencia como analista de la CIA -y el haber vivido en Asia y África por el trabajo como economista de su padre-, convirtiéndose en una segura anfitriona, que pasó del combate al terrorismo a ser testigo de la guerra contra las drogas.
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