La comedia es sin lugar a dudas el género clave en la carrera de Steve Carell, pero de cuando en cuando el actor protagoniza títulos como El paciente que confirman su gran talento dramático.
Algo que ya había demostrado en películas y otros espacios para el streaming como Foxcatcher y The Morning Show, y hoy reafirma con la creación serial de Joel Fields y Joe Weisberg.
La que fue hecha originalmente por FX para Hulu y ahora se puede conocer en Latinoamérica gracias a la llegada de sus 10 episodios, de casi media hora cada uno, a la plataforma de Star+.
Con lo que el público de este rincón del planeta puede conmoverse y sorprenderse con una historia que mezcla el drama con el thriller y tiene como sus personajes centrales a un psiquiatra y su paciente.
Un destacado profesional y autor llamado Alan Strauss, encarnado con sutileza y altura por Carell, que hace poco perdió a su esposa a causa de un cáncer y mantiene una tensa relación con su hijo.
Sin embargo, continúa enfocado en las terapias en su consulta en casa y acaba de aceptar como paciente a un joven que le dejó un mensaje en su teléfono y se presentó como Gene Bollinger.
La pesadilla de Alan en casa de Sam
Pero este realmente se llama Sam Fortner (Domhnall Gleeson) y desencadena el peor pasaje en la vida de Strauss, luego de que, como se ve en la escena inicial, lo lleva como prisionero a su casa.
Donde lo tiene encadenado y lo obliga a seguir tratándolo con la esperanza de que logre terminar con el violento instinto que lo hizo un asesino serial, que se habría desencadenado en su infancia.
Cuando su padre lo golpeaba ante la mirada impotente de su madre Candace (Linda Emond), con quien aún vive tras divorciarse y lo apoya en el rapto del psiquiatra para que lo ayude a hallar una cura.
Al mismo tiempo que Alan trata de que Sam no elimine a quien conoció en su trabajo como inspector de restaurantes e hizo blanco de su psicopatía, y lidia con sus propios temores y conflictos.
Donde son claves las desavenencias con su hijo Ezra (Andrew Leeds), quien se alejó un tanto de la familia luego de hacerse judío ortodoxo, que en su subconsciente expone a su fallecido mentor.
Lo que se va dibujando en un interesante relato que por momentos pierde un tanto de fuerza por lo lento de su desarrollo, pero suple sus falencias gracias a las sólidas actuaciones de Carell y Gleeson.