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Mario Casas se transforma en un perturbado psicópata en el thriller de Netflix El practicante

En El practicante, el nuevo thriller de Netflix, Mario Casas encarna a un perverso paramédico que se obesiona con la novia que lo dejó.

El practicante | Netflix

En El practicante, el nuevo thriller de Netflix, Mario Casas encarna a un perverso paramédico que se obesiona con la novia que lo dejó.

Este año, Mario Casas ya había protagonizado un thriller en Netflix en la película Hogar. Ahora vuelve a repetirse el plato en el género y en la plataforma con El practicante.

Acá, el actor español luce casi tan irreconocible como en el El fotógrafo de Mauthausen (2018), la cinta donde encarnó al único español que declaró contra los nazis en los juicios de Nuremberg.

Para dar vida a Ángel Hernández, el protagonista de la nueva película de Carles Torras (Callback), bajó notoriamente de peso y se cortó el pelo remarcando las entradas.

El practicante | Netflix

Además, estuvo más de dos meses sentándose en una silla de ruedas para aprender a moverse como lo hace este paradémico de urgencias que un día queda paralizado tras sufrir un accidente en la ambulancia donde trabajaba.

Quien debe hacerse cargo de cuidarlo es su novia, Vanesa (Deborah François), una mujer que estudia veterinaria mientras al tiempo que labora en un callcenter.

Desde el comienzo queda claro que anda mal con Ángel. Ya al inicio se le robando objetos de las personas a las que debe atender. Mientras en la casa se muestra frío, narcisista, celópata y manipulador.

Un villano en silla de ruedas

Todo empeora en el departamento donde vive la paraja después del accidente. Incapaz de valerse por sí mismo, el paramédico se vuelve aun más inseguro y controlador.

Tanto, que incluso instala en el celular de su novia una aplicación para espiar todo lo que hace. Cuando ella lo descubre, decide irse de la casa.

Pero ni la parálisis ni la silla de ruedas detendrán la obsesión de Ángel, quien pronto se deja ver como un sicópata despiadado que eliminará a todos los que se interpongan en su camino para recuperar a Vanesa.

El practicante | Netflix

Como buen thriller sicológico, la tensión en El practicante es constante. Apenas hay diálogos y los personajes secundarios se cuentan con los dedos de las manos.

Casi todo el peso de la película recae en la actuación de Casas como un perturbado villano, uno de los más temibles que han aparecido últimamente en Netflix.

Además, la mayor parte de las escenas se producen en el departamento, donde suena en varias ocasiones Un sorbito de champagne, el clásico del grupo español Los Brincos que se convierte en perverso contrapunto romántico a la maldad de este sicópata en silla de ruedas.

“Nunca te podré olvidar”, dice el inicio de la canción. Y viendo el final de El practicante, seguro que Ángel tampoco olvidará nunca a Vanesa.

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