El reino: política y religión se conjugan en la nueva serie argentina de Netflix
El reconocido director transandino Marcelo Piñeyro se unió a la escritora Claudia Piñeiro para dar vida a su primera producción seriada, donde muestra la historia de un oscuro pastor evangélico que se postula a la presidencia de Argentina. Un thriller muy recomendable.
Tango feroz, Cenizas del paraíso y Plata quemada son algunas de las películas que han hecho de Marcelo Piñeyro un nombre más que reconocible dentro del cine argentino. Pero ahora el realizador ha decidido dar un nuevo paso y debutar en las series con El reino.
Una producción de Netflix para la cual el cineasta se asoció con Claudia Piñeiro, la escritora transandina con la que comparte un apellido similar y tuvo un vínculo hace 12 años, cuando filmó Las viudas de los jueves, el thriller basado en el libro homónimo de la novelista.
Pero ahora trabajaron codo a codo para dar vida a la historia original detrás de El reino, miniserie de ocho capítulos que mezcla el suspenso y el drama, además de un elenco de primera línea que incluye los nombres Mercedes Morán (Neruda) y Diego Peretti (Sin hijos).
Y es este actor quien encarna en pantalla a Emilio Vázquez Pena, un conocido pastor evangélico que, gracias a su popularidad, se convirtió en el compañero de fórmula del empresario Armando Badajoz (Daniel Kuzniecka) para llegar a la presidencia argentina.
El cual no ve con tan buenos ojos el tener a Vázquez como su posible vicepresidente, pero lo acepta a regañadientes bajo la presión de su jefe de candidatura, Rubén Osorio (Joaquín Furriel). Y en cuya compañía debe protagonizar su triunfante cierre de campaña.
El asesinato que cambia todo
Una cita política a la que los candidatos llegan en compañía de sus respectivas familias, destacando la presencia de los hijos de Vázquez y su esposa, la también pastora Elena (Morán), que regala a su marido una bandera con la frase “Cristo Salva”.
La cual el pastor decide poner sobre sus hombros para aparecer sobre el escenario junto a Badajoz en medio de los vítores de sus seguidores, en su mayoría fieles asistentes a la Iglesia de la Luz. Mismo estandarte que luego decide colocar encima de su compañero.
Sin embargo, no dura mucho la alegría, ya que un hombre sube a la tarima y apuñala al candidato presidencial por la espalda, dejando en shock a los presentes y provocando la muerte de su víctima. Ante esto, pronto llega la fiscal a cargo de la investigación.
Esta última es Roberta Candia (Nancy Dupláa), quien debería cerrar luego el caso, después de que se arrestara rápidamente al culpable: Remigio (Nicolás García Hume). Pero todo se complica aún más cuando se descubre que el trastornado hombre trabaja para Vázquez.
No directamente con el pastor, pero sí en el hogar de niños de su iglesia, donde también labora su sobrino y casi hijo, Tadeo Vázquez (Peter Lanzani), quien, como se vio en una escena inicial, descubrió un arsenal de armas en la pieza de Remigio y decidió enterrarlas.
La singular mezcla de política y religión
Una acción que Tadeo confiesa más tarde a su amigo Julio Clamens (Chino Darín), un joven abogado que trabaja directamente con Vázquez y que llegó a la Iglesia de la Luz gracias a la intervención del ahora asesino confeso, tras haber estado juntos en la cárcel.
Y quien además, a escondidas del pastor y la pastora, tiene una relación amorosa con su hija menor, Ana (Vera Spinetta), la cual trabaja como contadora para sus padres, manejando todo el dinero que el culto religioso obtiene de manera bastante poco legal.
Una serie de oscuros movimientos que obligan al religioso a aceptar la “propuesta” de Osorio de continuar en campaña para convertirse en el próximo presidente de Argentina. Algo que su esposa, y verdadera fundadora de su congregación, no apoya para nada.
Situaciones y personajes que se van mostrando a lo largo de una narración en que la política se combina con la religión, en una oscura apuesta que capítulo a capítulo va dando a conocer inquietantes revelaciones que por momentos pueden confundir al espectador.
Lo que hace de El reino un puzzle policial y dramático, donde casi nadie es realmente lo que parece, y que lleva por una cautivadora e impactante trama; donde son claves las actuaciones de todo su elenco, en especial las de Morán y Peretti. Muy recomendable.
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