El rey de las sombras: el drama criminal de Netflix donde la hermandad se pone a prueba
Marc Fouchard es el director de la cinta gala que muestra cómo un joven ciego enfrenta a su mafioso hermano mayor, luego de que este último se convierte en la pesadilla de los vecinos de su barrio.
El drama y el suspenso se combinan en El rey de las sombras, la nueva realización francesa de Netflix donde el sentido de hermandad, además de la rectitud, es puesto a prueba.
Una cinta dirigida por Marc Fouchard que se basa en la historia concebida por el rapero Kaaris, quien se inspiró a su vez en una leyenda de Mali, país que limita con su nativa Costa de Marfil.
El que también actúa e interpreta uno de los roles principales de la película: Ibrahim, el cual en los últimos años se convirtió en el “demonio” en la vida de su medio hermano Adama (Alassane Diong).
Un joven ciego que sabe que todo cambió para el ahora mafioso Ibrahim en la década de los 80, cuando el padre de ambos, Ousmane (Issaka Sawadogo), trajo otra esposa desde África.
La cual fue madre un año después, empeorando la relación entre las mujeres de la familia Keïta, mientras Ibrahim se escapaba con sus amigos del barrio y más tarde Adama perdía la vista.
Y aunque el tiempo pasó, la tensión familiar nunca disminuyó y se incrementa luego de que muere Ousmane e Ibrahim reclama lo que le corresponde, a pesar de haber sido desheredado.
La difícil decisión de Adama
Así, apoyado por su pandilla, toma el mando del restaurante familiar y obliga a Adama a guardar dinero, droga y armas en su apartamento, después de que las cosas empeoran con la banda rival.
Lo que hace que uno de los integrantes de esta última entre al departamento para robar, provocando la muerte del perro lazarillo del chico ciego y que él decida detener a su hermano.
Ya que su accionar afecta a su madre y a todos los vecinos del barrio periférico en que viven. Por lo que Adama decide recurrir a la ayuda de la hechicera local, en el giro “mágico” de la cinta.
Luego de lo que parece recuperar algo de su vista y se atreve a visitar al capo criminal rival, para pedirle que devuelva las cosas de Ibrahim. Sin embargo, éste piensa que lo ha traicionado.
Lo que se convierte en el inicio de un enfrentamiento entre hermanos, mientras Ibrahim desata su violencia contra los comerciantes del barrio y los pandilleros pelean en sus calles.
En el clímax de una película que no alcanza el nivel de cintas francesas sobre crimen y drama social como Atenea, pero se deja ver hasta el final para saber qué ocurre con los hermanos Keïta.
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