Tras Oppenheimer y su Oscar como Mejor Actor de Reparto, Robert Downey Jr. retorna a la pantalla en El simpatizante, y no sólo con uno sino que con varios personajes.
Sí, una interpretación múltiple de figuras gravitantes para el accionar del protagonista de la trama, que se suma a su papel como productor ejecutivo de esta serie original de HBO.
La que además es parte de la oferta de la plataforma de Max, tras debutar con el primero de siete episodios basados en la novela ganadora del Pulitzer, de Viet Thanh Nguyen.
Los que tienen la misión de llevar a la pantalla la historia del agente encubierto conocido solo como El Capitán (Hoa Xuande), que combina la sátira con espionaje y drama histórico.
Y que tiene como creadores a Don McKellar y Park Chan-wook, el destacado director coreano detrás de títulos que no dejan indiferente, como Oldboy y La decisión de partir.
Compartiendo además la dirección de sus emisiones con Fernando Meirelles (El jardinero fiel) y Marc Munden (Utopia), con él como responsable de realizar las tres primeras.
Un agente con un doble propósito
Así, bajo su guía se conoce al protagonista como prisionero de sus propios camaradas vietnamitas, siendo obligado a escribir lo que realizó hace poco en favor de la causa.
Cuando era 1975 y como agente infiltrado en la policía secreta de Vietnam del sur debía trabajar para El General (Toan Le), recibiendo órdenes del norte para espiar al enemigo.
Lo que hace bajo el mando directo de uno de sus amigos y hermano de sangre, Man (Duy Nguyễn) y, por el otro, siguiendo las instrucciones de su supuesto jefe, El General.
Una última labor que además lo lleva a una relación directa con Claude (Downey Jr.), un agente de la CIA que ha decidido tomarlo bajo su alero gracias a su conexión con EE.UU.
Ya que este joven, mitad vietnamita y mitad francés, estuvo en ese país como estudiante y ahora deberá volver tras la caída de Saigón ante las fuerzas comunistas.
Un retorno obligado que realiza en compañía del General, la familia de este y otro de sus hermanos de sangre, Bon (Fred Nguyen Khan), quien pierde a su familia en la huida.
El Capitán y su permanente dualidad
Lo que lleva a El Capitán a una nueva vida en suelo estadounidense donde se expone más notoriamente la dualidad que marca su existencia, primero por ser multirracial y bilingüe.
Luego por la conexión que tiene con su nuevo “hogar”, en que se reencuentra con un antiguo profesor (también Downey Jr.) y comienza una relación con Sofia (Sandra Oh).
Al mismo tiempo que trata de desviar la atención hacia un coterráneo cuando el General descubre que hay un topo, o agente encubierto, entre los hombres que trabajan para él.
Para más tarde ser el consultor militar en la nueva película sobre la guerra de Vietnam -en una clara alusión a Apocalipsis ahora-, que dirige el consagrado director Nico Damianos.
En otra interpretación de Downey Jr., sin olvidar la de un congresista “amigo” de los vietnamitas, que forma parte de una simbolización del paternalismo del hombre blanco.
En el apartado icónico de una serie con humor negro con drama y violencia, además de los conflictos y fantasmas morales, y otros más reales, que rodean al protagonista.
La que logra enganchar, pero por momentos se siente algo confusa y abarrotada de situaciones y personajes, además de una verdadera sobredosis de Robert Downey Jr.