El teléfono: la nueva e inquietante apuesta surcoreana de Netflix
El debutante Lee Chung-Huyn dirige este thriller con tintes paranormales, que muestra la historia de dos jóvenes que con sus llamadas telefónicas rompen la lógica espacio temporal.
Antes de que el K-pop tomara por asalto al mundo, la carta de presentación artística de Corea del Sur era el cine y nombres como los de Park Chan-wook y Bong Joon-ho. Dos ejemplos de una extensa lista a la ahora se suma Lee Chung-Huyn con su cinta El teléfono.
El debut en el largometraje de este realizador de 30 años, que originalmente llegaría a las salas de cine surcoreanas en marzo, pero que el covid-19 obligó a posponer y luego a trasladarse al streaming, teniendo hoy a Netflix como su vitrina de estreno mundial.
Una cinta que bebe directamente del suspenso, con toques de terror, para mostrar una inusual historia que comienza a desarrollarse cuando la joven de 28 años Seo-yeon (Park Shin-hye) retorna a la casa familiar ubicada en un sector rural de Corea del Sur.
Hace poco llegó allí en tren desde Seúl y cuando se dirige por un camino de tierra se encuentra con un conocido de la familia, el cultivador de frutillas Sung-ho (Oh Jeong-se), que la lleva en su camioneta hasta casa y además le pregunta por la salud de su madre.
Una vez en la casona, que ha estado cerrada por un tiempo, Seo-yeon debe encontrar algún teléfono fijo, ya que olvidó su celular en el tren. Así, descubre un aparato inalámbrico que no recordaba, donde recibirá una llamada que cambiará por completo su existencia.
En ella una joven pregunta por otra persona, mientras pide ayuda porque está siendo atacada por su mamá. Una sorprendida Seo-yeon piensa que se trata de una llamada equivocada hasta que se comunica nuevamente con esa chica, Young-sook (Jun Jong-seo).
Entre el pasado y el presente
Todo empieza a complicarse aún más cuando Seo-yeon descubre que Young-sook habita la misma casa en que ella se encuentra en 2019, pero hace 20 años. Pronto se da cuenta de que el nexo que las une y logra superar la barrera del tiempo es el teléfono inalámbrico.
Desde ese momento, por medio de las llamadas, las dos muchachas empiezan a saber una de la otra. Mientras Seo-yeon solo tiene a su madre, ya que su padre murió en un incendio cuando era niña, Young-sook vive con su desquiciada madrastra, quien la maltrata.
Esto marca el inicio de una singular relación que empezará a borrar y a transformar hechos del pasado y del presente. Como que Young-sook evite la explosión que mató al padre de Seo-yeon y que esta última alerte a su nueva “amiga” de su propio asesinato.
Pero también comienzan a revelarse pasajes de sus existencias aún más oscuros, entre los que se destaca la inestabilidad mental de Young-sook; que será catalizadora de un cambio en el pasado que no solo la afectará a ella, sino también a Seo-yeon y su entorno.
Un particular juego fílmico que inquieta y sorprende, y con el que Lee Chung-Huyn debuta de muy buena manera en los largometrajes y también en el suspenso con ribetes de terror psicológico, luego de haberse probado como realizador de cortometrajes.
Y que ubica a El teléfono como un buen ejemplo de la reciente y siempre activa cinematografía surcoreana. La misma que desde hace ya un tiempo posee un lugar destacado dentro del extenso catálogo internacional de Netflix.
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