El testamento de la abuela es la tercera parte de la exitosa saga mexicana de comedia, la que partió en 2015 con El cumple de la abuela y que continuó en 2019 con La boda de la abuela, ambas disponibles en Netflix.
Cada una de las entregas se centra en un acontecimiento especial y con la matriarca de la familia, la abuela Elena (Susana Alexander), como protagonista.
Como ya revelan sus títulos, en la película original ese hecho fue su fiesta de cumpleaños, mientras que la secuela mostró su boda con Julio (Dino García), su jardinero, un hombre mucho más joven que ella.
Y como ya pueden adivinar con el título de esta tercera parte de la saga, El testamento de la abuela, que estrena Netflix, la familia se reúne nuevamente, esta vez para conocer la repartición de los bienes de Elena.
Pero no es que la abuela esté enferma ni cercena a morir. Solo quiere dejar su herencia repartida, de manera de que no haya conflictos. Aunque en una familia tan dispar como la de ella los problemas son inevitables.
Todo por la casa de Cuernavaca
Hasta la hacienda de Cuernavaca llegan los dos hijos de Elena, Diana (Tiaré Scanda) y el ex alcohólico rehabitado Francisco (José Carlos Rodríguez), además de los hijos de este último, Ana (Marimar Vega), Daniel (Luis Arrieta) y Sebastián (Luis Ernesto Franco).
Los nietos adultos de la abuela llegan con sus parejas, salvo Daniel, que acaba de terminar con la suya.
Con el apoyo de un abogado y ex amor de juventud, la matriarca comienza a repartir sus bienes, entre los que hay vajilla antigua y una colección de revista con historias de Corina Tellado.
Pero a nadie le importan esos objetos, porque lo que todos sus descendientes buscan es quedarse con la casa de Cuernavaca.
Para decidir quién hereda la propiedad, Elena entrevista a cada uno de ellos y les asigna un puntaje. Quien tenga más puntos será elegido.
Y una vez más la reunión de la familia propicia que vayan surgiendo nuevos secretos y conflictos, como la salida del clóset de Daniel, el miedo de Sebastián, quien será padre de trillizos, y hasta el drama doméstico de Diana, quien dio a luz un niño que no para de llorar.
Todas situaciones que en El testamento de la abuela se vuelven hilarantes, entregando una nueva dosis de humor liviano a la saga mexicana que ya tiene confirmada su cuarta entrega: El fantasma de la abuela.