En una época en que evolucionados videojuegos, como Sonic y Uncharted, inspiran grandes superproducciones de Hollywood, Elige o muere, la nueva película original de Netflix, se atreve a apostar por los denominados juegos de texto.
Los que en la década de los 80 convivían con títulos más “elaborados” gráficamente como Pac-Man y Space invaders, e invitaban a sus jugadores a escribir la acción mientras interactuaban con el programa y otros participantes.
Uno de los cuales se convierte en el eje de la película dirigida por Toby Meakins, donde se conoce a Kayla Edwards (Iola Evans), una programadora que dejó la escuela y realiza cualquier labor para ganar algo de dinero.
Trabajos que no le duran mucho y que son de poca ayuda para evitar que junto a su madre drogadicta sean desalojadas del departamento que comparten y no pueden pagar. Pero tal vez haya una manera de ganar dinero rápido.
Porque a través de su amigo y también programador Isaac (Asa Butterfield, Sex education) -quien claramente gusta de ella- conoce la existencia de un antiguo juego de texto que daría una recompensa de US$ 125.000 a quien supere todos sus niveles.
El cual se llama CURS>R y Kayla logra reproducir en su laptop usando un convertidor de casete, ya que el juego está en este “antiguo” formato. Lo que ella desconoce es que al comenzar a usarlo también se iniciará su pesadilla.
Un juego que distorsiona la realidad
Porque CURS>R es un juego maldito que detrás de su simple pantalla de fondo negro y letras verdes, esconde una aterradora capacidad: alterar la realidad a través de las decisiones que toman sus jugadores.
Algo que se pudo conocer en los minutos iniciales de la cinta, cuando un padre de familia lo usa y pone en jaque las vidas de su esposa e hijo. Y que la joven protagonista lo experimenta por primera vez en una cafetería.
Algo que Isaac no cree hasta que Kayla le muestra cómo quedó su departamento luego del segundo nivel que enfrentó a su madre a ratas y él mismo es parte de la tercera fase, donde la chica revive el trauma de perder a su hermano pequeño.
Esto los pone en busca de la empresa responsable de CURS>R, llegando hasta el programador que le dio vida y también a su maldición, que se relaciona con unos milenarios símbolos que despertaron su parte más oscura.
Lo que lleva a los protagonistas a un encuentro con algo que tal vez no puedan manejar, al mismo tiempo que la película ingresa a una parte del relato que la hace perder mucho de lo que su inteligente primera parte había desarrollado.
Sin embargo, no todo está perdido para el terror de Elige o muerte, ya que hasta sus minutos finales se mantiene imparable el ritmo que posee su hora y media de metraje, y además revive de forma inusual el encanto de los videojuegos de los 80.