Apostando a su probada fórmula, llega a Netflix la cuarta temporada de Élite, la popular serie española
Tras un año de espera, debuta en la plataforma el nuevo ciclo del espacio ambientado en el exclusivo colegio Las Encinas, donde nuevamente se mezcla juventud y suspenso criminal.
Para ir preparando el ambiente, en los días previos al debut de la nueva temporada de Élite se estrenaron en Netflix varios cortos, cuyas tramas se ubican poco antes de lo que se ve en su cuarto ciclo y muestran relatos que van desde el humor negro hasta el drama más puro.
El preámbulo ideal para reencontrarse con Guzmán (Miguel Bernardeau), Rebeka (Claudia Salas), Cayetana (Georgina Amorós), Samuel (Itzan Escamilla), Omar (Omar Ayuso) y Ander (Arón Piper), que continúan en Las Encinas, ya sea estudiando o haciendo el aseo.
Y quienes luego de algún tiempo en la exclusiva secundaria madrileña, donde fueron testigos y hasta sospechosos de asesinatos y desapariciones, se encuentran cursando su último año de escuela. Pero una vez más se integran nuevas caras al establecimiento.
Un hecho que recuerda el momento en que todo se inició, cuando en el primer capítulo de Élite tres estudiantes de clase trabajadora -Samu, Nadia (Mina El Hammani) y Christian (Miguel Herran)- llegaron a cambiarlo todo o, como alguien dijo en ese momento, “lo pudrieron todo”.
La misma afirmación que al inicio de las nuevas emisiones se le escucha repetir a uno de sus protagonistas, pero en relación a quienes se suman hoy a la institución: Benjamin Blanco (Diego Martín) y sus hijos Ari (Carla Díaz), Patrick (Manu Ríos) y Mencía (Martina Cariddi).
Nuevas caras, nuevas relaciones
Él es el nuevo director de Las Encinas, quien no tiene ninguna sutileza al echar a su predecesora, Azucena (Elisabet Gelabert), la madre de Ander, con la excusa que en los últimos años el colegio viene sufriendo problemas que solo un CEO, o ejecutivo, como él puede solucionar.
Una actitud bastante altiva que también comparten los mellizos Ari y Patrick, a diferencia de su hermana menor, la inteligente Mencía, quien es solo rebelde con su padre y rápidamente busca la amistad de Rebeka y demuestra estar del lado de los viejos alumnos.
Quienes a pesar de renegar de sus nuevos compañeros en un principio, pronto comienzan a hacerlos parte de sus existencias. Como Guzmán y Samuel, quienes claramente se interesan por Ari, aunque el primero tenga novia y, el segundo, sea de otra clase social.
O como pasa con Ander y su pareja Omar -ahora también estudiante de Las Encinas gracias a su suegra-, que empiezan a acercarse a Patrick, quien luego de haber tenido un grave accidente y estar meses en una cama de hospital solo quiere pasarlo bien.
Sin olvidar a Cayetana, quien después de hacerse pasar por millonaria, estar junto a Polo (Álvaro Rico) y Valerio (Jorge López), y ahora ser solo la aseadora, entabla amistad con el cuarto nuevo alumno: el príncipe Phillipe Florian Von Triesenberg (Pol Granch).
El crimen que lo cambia todo
Pero aún falta el ingrediente esencial de Élite: un crimen que se convierta en el eje de los ocho capítulos de la temporada. Que primero fue un asesinato para pasar a una desaparición y luego a otra muerte provocada por terceros, y ahora dar paso a una caída casi mortal.
De la cual es víctima uno de los recién llegados y en la que habría intervenido alguno de sus compañeros. En una especie de déjà vu argumental que enfrenta una vez más a sus protagonistas a varias preguntas, aunque ya no esté la detective habitual para hacerlas.
Así, entre interrogatorios, nuevos romances y una mayor cantidad de encuentros sexuales, se desarrolla el esperado cuarto ciclo de Élite, donde varios de los secundarios adultos de las anteriores temporadas tienen menos protagonismo o simplemente no están.
A excepción de Benjamín, quien se debate entre ser el villano o simplemente un padre y director aproblemado, y Armando (Andrés Velencoso), un misterioso y atractivo hombre que en un momento se convierte en una importante pieza en la compleja vida de Mencía.
Las renovadas caras y conflictos de la cuarta entrega del exitoso espacio de Netflix, al que muchas otras producciones han copiado su mezcla de juventud y suspenso criminal. Y que retorna haciendo uso de una fórmula ya probada, apostando a la fidelidad de sus seguidores.
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