Cuatro novelas y 56 relatos cortos dieron vida, en plena era victoriana, a Sherlock Holmes, el detective literario que más visto en el cine y la TV. El mismo que hoy cede su lugar en pantalla a su ficticia hermana menor, Enola Holmes.
Un vivaz personaje que no fue concebido por Conan Doyle sino que por la estadounidense Nancy Springer, quien en pleno siglo XXI -mucho después de la época de las investigaciones de Sherlock- ideó a esta adolescente que hoy protagoniza su propia cinta en Netflix, Enola Holmes.
Un largometraje producido y encabezado por Millie Bobby Brown -mejor conocida como Eleven de Stranger things– que se inicia a finales del siglo XIX, cuando Enola (Brown) vive con su madre, Eudoria (Helena Bonham Carter), en una gran casa en la campiña inglesa.
Pero el mismo día en que la jovencita cumple 16 años, durante los cuales ha crecido bajo la guía de su liberal mamá, esta última desaparece, obligándola a contactar a sus casi desconocidos hermanos mayores: Mycroft (Sam Claflin) y Sherlock (Henry Cavill).
Y mientras el segundo se enfoca en buscar pistas que ayuden a encontrar a la matriarca de la familia Holmes, Mycroft decide convertirse en tutor de su hermana menor y preocuparse de que reciba la educación adecuada para una señorita de su edad.
Un misterio en plena era victoriana
Ante la posibilidad de perder su libertad, Enola decide escapar de casa con el juego para descifrar pistas y el dinero que le dejó su madre. Resuelta a llegar a Londres, deja indicios falsos sobre cómo escapó a sus hermanos y toma un tren disfrazada de muchacho.
A bordo de éste, ella conoce a otro jovencito que escapó de su familia, el Vizconde Tewkesbury, Marqués de Basilwether (Louis Partridge), a quien lo persegui un asesino; como pronto lo descubre Enola y los lleva a ambos a abandonar el tren en movimiento.
Una arriesgada salida que los obliga a dirigirse a pie a Londres por medio de la campiña y a compartir algunas horas, durante las cuales Enola se presenta como una chica atípica, que en vez de bordar sabe pelear, y su acompañante revela su faceta menos aristocrática.
Pero en la ciudad separan caminos y la menor de los Holmes cambia su aspecto, apostando porque sus hermanos nunca la encontrarán si se viste como una dama, para después buscar alojamiento y comenzar a seguir las pistas que tiene sobre Eudoria.
De manera paralela, Mycroft recurre a Scotland Yard y al Inspector Lestrade (Adeel Akhtar) para dar con el paradero de Enola, mientras Sherlock intenta lo mismo, pero confiando en la sagacidad que lo ha convertido en una leyenda de la investigación.
El efectivo inicio de una posible saga
Así, con la adolescente Enola Holmes preocupada por el destino de su madre, como también por el del joven Vizconde, y sus hermanos en su incesante búsqueda, se va conformando un relato de dos horas de duración que nunca pierde efectividad ni entretención.
Esto gracias al ritmo de su narración, donde son claves las escenas en que Enola despliega su talento intelectual y físico -donde recurre a las enseñanzas de defensa personal que le dio su madre-, además de la inusual forma en que ella misma narra su historia.
Para lo que el personaje rompe con la denominada cuarta pared, que divide a los actores de la audiencia, y se dirige directamente al espectador, haciéndolo partícipe de sus vivencias e incluso solicitándole consejos sobre cómo debe conducirse ante determinadas situaciones.
Un método usado en otras películas y series, pero que en Enola Holmes se convierte en un ingrediente esencial para hacer aún más empática a su sagaz heroína, que se suma al encanto que logra imprimirle en cada escena una eficaz Millie Bobby Brown.
Todo lo que se complementa con un buen elenco y la mirada que la cinta ofrece sobre los derechos de las mujeres, transformándose en una apuesta imperdible para el público juvenil y familiar, que bien puede ser el capítulo inicial de una exitosa saga fílmica.