Falcon y el Soldado del Invierno: una efectiva pareja dispareja con el sello de Marvel
A lo largo de sus seis episodios, la serie de Disney+ amplía el mundo audiovisual inspirado en las historietas, con las aventuras de los mejores amigos de Capitán América.
Aunque Bucky Barnes y Sam Wilson habían interactuado violentamente en Capitán América y el Soldado del Invierno, fueron 12 segundos de la trama de Capitán América: Civil War los que inspiraron la nueva vida para sus alter egos en la serie Falcon y el Soldado del Invierno.
Una escena en la que suben a un Volkswagen escarabajo manejado por Steve Rogers y Barnes queda algo apretado en la parte posterior, por lo que le pide a Wilson que corra hacia adelante el asiento de copiloto, recibiendo como respuesta un tajante “¡no!”.
El ejemplo máximo de cómo una reacción sutil puede reflejar la química de dos personajes y que inspiró a Malcolm Spellman para dar vida una de las tantas series que Marvel Studios estaba preparando para Disney+ con los secundarios de su Universo Cinematográfico.
Una apuesta que tras una producción de tres años llegó al streaming el 19 de marzo -poco después de que se exhibiera el último capítulo de la exitosa WandaVision-, con una emisión que se inició centrada en Sam (Anthony Mackie) y su existencia luego de su “retorno”.
Esto porque el camarada de Rogers (Chris Evans), mejor conocido como Falcon, fue uno de los millones de seres, humanos y extraterrestres, que desaparecieron tras el Blip, como fue denominado el exterminio provocado por Thanos y su guantelete con las Gemas del Infinito.
Un comienzo en el que se ve cómo el ex soldado continúa trabajando para el gobierno de EE.UU. y además tomó una decisión sobre el escudo que su gran amigo, alias Capitán América, le dejó a él: entregarlo para que sea parte de la exhibición sobre el superhéroe.
Nuevos y peligrosos desafíos
Y aunque los primeros minutos del episodio fueron ocupados por Sam -y sus problemas familiares-, vino el reencuentro con Bucky (Sebastian Stan), algo más violento, con uno de sus recuerdos como el Soldado del Invierno, para de ahí pasar a la terapia que hoy recibe.
Varias horas de conversación con una psiquiatra para lograr afianzar su verdadero yo y poder resarcir sus culpas. Mientras dos hechos claves, que marcarán los siguientes cinco capítulos de la historia, comenzaron a desarrollarse en distintos lugares del mundo.
El primero es la presencia de los Flag Smashers en Europa. Un grupo terrorista compuesto por hombres y mujeres que recibieron el suero del súper soldado y que creen que todo era mejor antes que volvieran quienes desaparecieron cuando Thanos chasqueó sus dedos.
Y el otro, la elección de un nuevo Capitán América que recae en John F. Walker (Wyatt Russell), un condecorado capitán de la Armada seleccionado para dicho cargo por el Consejo Global de Repatriación, entidad creada para ayudar a las víctimas del Blip.
Las primeras piezas de un relato que mantiene el estilo visual y el tratamiento argumental de las películas del Universo Cinematográfico Marvel, a diferencia de la arriesgada apuesta que hizo WandaVision al mezclar a los superhéroes con series de comedia clásicas.
Trama que, episodio a episodio de Falcon y el Soldado del Invierno, va afianzando los lazos entre sus personajes protagónicos, una pareja dispareja que se complementa al mismo tiempo que se repele, pero que debe trabajar unida en función de un bien mayor y por el recuerdo de su amigo Steve Rogers.
La clásica y efectiva mezcla de su trama
A los que han sido sumando secundarios que también han sido parte de las historietas o de las cintas, como Sharon Carter (Emily VanCamp), la sobrina de Peggy Carter y ex agente de S.H.I.E.L.D. y de la CIA, y el villano Helmut Zemo (Daniel Brühl), quien acá es el Barón Zemo.
Un título ligado a la nobleza y su identidad en el papel, que se había modificado en su debut en pantalla –en Capitán América: Civil War-, que sumado al uso de su máscara, le hace un gran guiño a los seguidores de las historietas, al igual que la aparición de la isla de Madripoor.
Pequeños regalos para los fanáticos de los cómics Marvel que además contribuyen al creciente ritmo y tensión de la serie, donde capítulo a capítulo sus protagonistas enfrentan desafíos que ponen a prueba sus habilidades físicas y opuestas formas de ver las cosas.
Dando la oportunidad a los actores que los encarnan, Anthony Mackie y Sebastian Stan, de ampliar su rango dramático, en compañía de unos más que solventes Daniel Brühl y Wyatt Russell, como el misterioso Zemo y el ambicioso nuevo Capitán América, respectivamente.
Una suma de nombres y elementos, a la que hay que agregar sus intensas escenas de acción y bella fotografía, que convierten a Falcon y el Soldado del Invierno en otro buen ejemplo del acertado trabajo que Marvel y Disney están haciendo para su oferta de streaming.
En el que claramente apostaron por el público cautivo de sus anteriores trabajos, con una opción de relato más “clásica”, que se aleja de la creatividad de WandaVision, y con la que finalmente amplían las expectativas ante próximos espacios hermanos, como Loki y Hawkeye.
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