Fin de semana en Croacia: el thriller de Netflix donde nada es lo que parece ser
Leighton Meester es la protagonista de la película de suspenso basada en la novela de Sarah Alderson, donde un viaje entre dos amigas se convierte en pesadilla al desaparecer una de ellas.
Fue en 2010 que la londinense Sarah Alderson dejó su trabajo para dedicarse a la escritura, combinando las novelas de misterio y fantasía para jóvenes adultos con los guiones para la televisión. Una doble actividad que ejerce en Fin de semana en Croacia.
Esto porque la nueva cinta original de Netflix no solamente lleva a la pantalla su novela de suspenso de 2020, The weekend away, sino porque además ella fue la encargada de escribir el guión que luego, bajo la dirección de Kim Farrant, se convirtió en película.
Para la cual ella decidió hacer unos cambios, como que su protagonista ya no se llame Orla sino que Beth y que su escenario sea Croacia en vez de Lisboa; y además la autora ha deslizado a través de sus redes sociales que habría una variación en el final.
Con todo esto como preámbulo, la realización para el streaming se inicia con la llegada de la californiana Beth (Leighton Meester) a la croata ciudad vieja de Dubrovnik, donde se reencuentra, tras meses de no verse, con su mejor amiga Kate (Christina Wolfe).
En un viaje de placer que Kate ha pagado con la tarjeta de crédito de su ex marido y para la que Beth ha llegado desde Londres, donde dejó a su marido Rob (Luke Norris) con su pequeña hija. Un fin de semana entre amigas que deciden iniciar en un restaurante.
Pero el día no acaba ahí, ya que luego van a un bar donde conocen a dos hombres a los que invitan al departamento en que se alojan. Pero Beth toma más alcohol de lo debido y por la mañana solo siente resaca y no recuerda mucho de lo que pasó.
Una desaparición que da paso a la tragedia
Lo peor viene después, cuando Beth no encuentra a Kate en el lugar en que se hospedan. Esto la lleva a hablar con el dueño del apartamento, pero él no sabe nada, llegando finalmente a la policía, donde le dicen que hay que esperar 24 horas.
Después de ese plazo puede hacer la denuncia por desaparición, pero ella decide continuar la búsqueda con la ayuda del taxista que conoció al llegar, Zain (Ziad Bakri), gracias al cual descubre que quienes conocieron anoche eran acompañantes pagados.
Las cosas se siguen empañando cuando llega su marido y casi al mismo tiempo descubren el cadáver de Kate, quien habría muerto ahogada. Aunque lo peor está por venir, ya que Beth accede al teléfono de su amiga y descubre una relación oculta con Rob.
A lo que se suma el que la policía averigua que su amiga fue asesinada y, ni más ni menos, que la señalan como principal sospechosa del crimen, luego de que alguien las vio discutiendo en el local nocturno al que habían ido la noche de la tragedia.
En una sucesión de descubrimientos que parecen dar algunas respuestas, pero varias terminan siendo falsas pistas. Además de acusaciones y contra acusaciones, y un desfile de personajes, principales y secundarios, que al parecer no serían lo que dicen ser.
En el confuso clímax de Fin de semana en Croacia, una cinta que deambula entre el drama y el suspenso, en medio de un relato que, aunque nunca alcanza el ritmo adecuado, se deja ver y por momentos logra captar por completo la atención del espectador.
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