Flamin’ Hot: el sabor que cambió la historia, la entretenida cinta de Star+ sobre esfuerzo y orgullo chicano
Eva Longoria debuta en la dirección de un largometraje con la historia del autodenominado creador de los snacks picantes de Frito-Lay que conquistaron a los estadounidenses y al mundo.
Con Esposas desesperadas, Eva Longoria se hizo de un nombre como actriz para luego dirigir series y con Flamin’ Hot: el sabor que cambió la historia reafirmar su talento como realizadora.
Ya que con su ópera prima en la dirección, la artista logra concretar una efectiva mezcla de comedia con drama, y bastante de reafirmación social, en la historia “real” de Richard Montañez.
La cual él ya plasmó en sus memorias A boy, a burrito and a cookie: from janitor to executive y ahora llegan a la pantalla en forma de película, en medio de algo de polémica.
Ya que antes de su estreno en South by Southwest y su llegada al streaming, algunos medios dieron a conocer acusaciones sobre su verdadero rol en la creación de los Cheetos Flamin’ Hot.
El hecho que revela en su biografía y es el corazón del filme, pero según Los Angeles Times es ajeno a la verdad, aunque recientemente Frito-Lay, fabricante del snack, le dio crédito a Montañez.
Una duda entre ficción y realidad que no impide que la cinta, que ahora se puede ver en la plataforma de Star+, logre involucrar al espectador en su trama y hacerlo pasar un buen momento.
El esforzado Montañez llega a Frito-Lay
Ya que la realización con la firma de Longoria posee un ritmo cautivante y una lograda combinación de humor, drama familiar y algo de lucha social (racial), en su hora y media de metraje.
En la que se conoce la experiencia de Montañez (Jesse Garcia), con él como su imaginativo narrador, desde que es un niño en Guasti, California, donde crece con su familia de origen mexicano.
Donde aprende sobre la importancia de sus raíces latinoamericanas y la fuerza de su apellido, pero también enfrenta la discriminación en su escuela por no ser un niño blanco.
Para en su juventud ser parte de una pandilla chicana junto a su amiga de infancia y futura esposa Judy (Annie Gonzalez), y más tarde enfrentar enfrentar una compleja condición económica.
La que enfrenta cuando con Judy ya tienen dos hijos y el dinero no alcanza para cubrir las necesidades básicas. Sin embargo, con la ayuda de otro ex pandillero, logra un trabajo en Frito-Lay.
La empresa de snacks en que labora como conserje y con el apoyo del jefe de máquinas Clarence C. Baker (Dennis Haysbert), aprende sobre producción en su planta de Rancho Cucamonga.
Misma empresa en la que pondrá en práctica su idea de darle un toque de sabor y picor a los Cheetos y Doritos, para enfrentar la crisis económica por la que pasa Estados Unidos en los 90.
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