Fractura: Un par de sobresaltos y sospechas en un filme para fans del thriller
Sam Worthington (Avartar) es el protagonista de Fractura, un thriller de Netflix que provoca en el público un par de sobresaltos y algunas sospechas, pero no mucho más que eso.
Fractura es el nuevo thriller de Netflix. Lo protagoniza Sam Worthington (Avatar), un chico duro acostumbrado a luchar en las películas. En este caso, su personaje debe batallar para encontrar a su familia que se encuentra desaparecida en los vericuetos de un hospital bastante tétrico.
Este hombre, Ray, es un alcohólico en rehabilitación que ocho años atrás había perdido en un accidente a su primera esposa. Ahora viaja por la carretera junto a su esposa actual y a su pequeña hija. En una detención en una estación de servicio ocurre un accidente y debe llevar a la pequeña a una urgencia cercana.
Es ahí donde Ray pierde de vista a las dos mujeres e inicia una desesperada búsqueda llena de sospechas sobre lo que realmente le pasó a su mujer y a su hijita.
Una película que no ofrece mucho más que lo típico en una de suspenso. No hay actuaciones brillantes y los giros dramáticos son algo predecibles. No como en cintas similares notables, con Perdida (Gone) como mejor ejemplo.
Sin embrago, Fractura se deja ver, entretiene y mantiene la tensión casi siempre en la hora y media que dura, con el director Brad Anderson haciendo un trabajo correcto.
Un thriller sicológico a lo Hitchcock —sin ofender la memoria del cineasta clásico inglés— que da cuenta de mentes fracturadas por relaciones también rotas o al menos endebles. Perfecto para un fin de semana de relajo absoluto al que le quieres agregar algo de emoción. No mucho, eso sí.
Ah, ojo con la crítica al sistema de salud estadounidense y a la burocracia que se cuela en el guión.
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