“Estamos haciendo una gran cantidad de trabajo en el espacio (…) tal vez necesitemos una nueva fuerza. La llamaremos Fuerza Espacial”. Corría 2018 y el presidente Donald Trump expresaba su deseo de concretar la idea de una nueva rama armada para los EE.UU.
Hoy, cuando esa división es una realidad, la ficción se nutre de su peculiar existencia para dar vida a la primera creación de Greg Daniels para Netflix: una sitcom centrada en el general a cargo de dirigir esa división militar y su gran misión de volver a la Luna.
Una serie titulada simplemente Fuerza Espacial y para la que Daniels se reunió con Steve Carell, quien a lo largo de siete temporadas encabezó su famosa versión de The Office y ahora se convierte en su socio creativo, además de protagonista.
Así, bajo la piel del actor se encarna la figura del General Mark R. Naird de la Fuerza Aérea, quien poco después de obtener su cuarta estrella -el más alto honor en su carrera- recibe la noticia de que será también ascendido a jefe de una división armada.
Convencido de que asumirá la jefatura de la Fuerza Aérea, Naird asiste a una reunión con los líderes de las Fuerzas Armadas, donde todos se burlan de la creación de la Fuerza Espacial. Pero a Naird se le borra la sonrisa de la cara cuando escucha que él deberá dirigirla.
Luego de mudarse con su esposa Maggie (Lisa Kudrow) y su hija Erin (Diana Silvers) a las instalaciones secretas en Colorado de la división espacial, comienza para el general una serie de disparatados desafíos donde contará con la asistencia de un particular grupo de profesionales.
Entre ellos se destacan su asistente de comunicaciones y redes sociales F. Tony Scarapiducci (Ben Schwartz), su secretario Brad Gregory (Don Lake) y el Dr. Adrian Mallory (John Malkovich), el jefe científico de Fuerza Espacial.
Una sátira con buenos momentos
En compañía de este singular grupo, y con su esposa en la cárcel por varios años -por un crimen que nunca queda en claro-, Naird debe enfrentar el desafío de llevar a un estadounidense de vuelta a la Luna antes de 2024.
Esta complementa con la amenazante presencia en esta carrera espacial de China, la inexperiencia de gran parte de los nuevos astronautas, la creciente rebeldía de su hija adolescente y la conflictiva moral de Mallory ante todos los proyectos.
Una serie de personajes y momentos disparatados -como cuando se revela la presencia de un mono y un perro adiestrados en una cápsula en el espacio- que se suman a guiños a la realidad estadounidense, con un presidente (¿¡Trump!?) que escribe en Twitter todo el día.
Con esta amplia suma de elementos se va dibujando esta nueva aventura de Daniels y Carell, que tiene como eje la sátira y los conflictivos momentos que Naird experimenta cada día en la ficticia base de Wild Horse en Colorado.
Y como resultado de su sociedad y de esta suma de elementos surge un programa que logra entretener y demostrar la capacidad de Carell para dar vida a personajes que están al borde de lo insufrible, pero que queda un poco en deuda ante las expectativas que había generado.
Sin embargo, no todo está perdido, ya que al final de su primera temporada el espectador le habrá tomado cariño a sus singulares e irracionales personajes; en especial a Mallory, quien gracias a la actuación de John Malkovich logra los mejores momentos de Fuerza Espacial.