Drama y comedia es la mezcla que ilumina Gentefied, la serie que la plataforma de streaming acaba de estrenar. Son 10 capítulos –de unos 30 minutos cada uno–, sobre lo que padecen los mexicanos avecindados en EE.UU. hace varios años
En clave comedia y con bastante humor negro, este trabajo creado por los cineastas del país azteca Linda Yvette Chávez y Marvin Lemus, trata con picardía los conflictos de una familia que, debido a la gentrificación y a los cambios sociales, debe replantear el negocio que tienen hace décadas en un barrio latino de Los Ángeles.
Estos cambios ocurren, por supuesto, muy a pesar del abuelo y patriarca del clan, Casimiro “Pop” Morales (interpretado por el actor Joaquín Cosio, el mismo de las películas El Llanero Solitario, Cantinflas y Spiderman: Un nuevo Universo), quien a regañadientes y al ver que sus nietos no tendrán un mejor futuro, decide dar un cambio a su “picada” de tacos tradicionales.
Quien lo inspira a dar un giro es uno de sus nietos, el chef Chris (en el rol Carlos Santos), quien después de un incidente pierde la posibilidad de migrar a Europa en búsqueda de mayores estudios.
Pero la vida siempre puede dar vueltas positivas, y por eso junto con sus primos, Ana (Karrie Martin) y Erik (Joseph Soria, lo puede ver en la serie The Oath, también), se las juega por ayudar a su abuelo en el local y, también, perseguir sus sueños.
Sin duda, una buena opción de pasar la tarde con contenido bien hecho que, a la par que te hará reír, también te sacará alguna lágrima, pero no te preocupes que cuando estés a punto de derramarla, sucederá alguna absurda para sonrisa.
Discriminación en Gentefied
Es elocuente que en uno de sus capítulos se muestren extractos de un discurso del presidente Donald Trump, quien menciona las medidas que tomará para cuidar las fronteras del país del norte.
Sobre todo, cuando el episodio aterriza sus palabras en este núcleo familiar, que muy al estilo latino, usan como escudo el amor y unión que sienten por ellos y, también, por la cocina.
Así, se manifiestan temas como la discriminación a la minorías en todas sus formas, ya sea por el color de piel, la edad o por la sexualidad.
Sin duda, una manera sarcástica de mostrar lo que está sucediendo en EE.UU. con los migrantes, y también de desmarcarse de prejuicios, más cuando hay sentimientos de pertenencia y de añoranza por las raíces.