Con sus actuaciones en cintas como El clan y Animal, Guillermo Francella dejó en claro que era un actor que podía enfrentar el drama y el suspenso tan bien como al humor. Sin embargo, la comedia de películas como Granizo son el eje de su carrera.
El filme número 36 para el artista porteño que comenzó como extra en Los caballeros de la cama redonda, del icónico dúo cómico argentino de Alberto Olmedo y Jorge Porcel, y hoy es una figura del cine, la televisión y el teatro transandinos.
Donde Francella vuelve a ponerse bajo las órdenes del realizador de Marcos Carnevale, con quien trabajó en 2013 en Corazón de León, para dar vida a una comedia donde el clima y sus graves consecuencias son otros protagonistas del relato.
Un largometraje original para Netflix que presenta al espectador a Miguel Flores (Francella), un destacado meteorólogo de la televisión que por 20 años no ha fallado sus predicciones, por lo que se le conoce como “el infalible”.
Una exitosa carrera que le permite vivir en un amplio departamento de Buenos Aires junto a su mascota/hijo, el pez dorado Osvaldito, en medio de un tranquilo barrio donde es tratado como una celebridad, mientras ignora los mensajes de su única hija.
Esto porque esa noche debuta el programa que marca su consagración en la TV: El show del tiempo, donde sus pronósticos se combinan con la música de una orquesta tropical y la asistencia, a regañadientes, de Mery Oliva (Laurita Fernández).
El pronóstico que cambia su vida
El mismo espacio en el que asegura que esa noche en Buenos Aires estará despejado y con una temperatura agradable. Pero el clima, o tal vez el cambio que ha experimentado por culpa del hombre, tiene algo diferente que decir: tormenta.
La que viene acompañada de granizos que arruinan vidrios y techos de casas, y también provocan la muerte del perro del vecino de Miguel y que el taxista Luis (Peto Menahem), uno de sus admiradores, termine con su automóvil completamente abollado.
Una tragedia que claramente no es culpa directa del meteorólogo, pero lo convierte en el hombre más odiado de la ciudad capital. Ante lo que su jefe en el canal lo insta a tomarse unas vacaciones, pero Flores decide buscar refugio en su natal Córdoba.
Así, con Osvaldito en una bolsa con agua y él escondido tras una bufanda y lentes oscuros, el odiado hombre del tiempo llega de sorpresa a su casa familiar, donde todavía vive su única hija, la independiente pediatra Carla (Romina Fernandes).
Un arribo imprevisto que desencadena el nudo dramático de la cinta: la tensa relación padre-hija que Miguel tiene con Carla. El conflicto que convive con la tragicomedia provocada por el clima y la rara presencia de Bernardo (Horacio Fernández).
Lo que enfrenta al protagonista de Granizo a una convivencia que marcará un antes y un después en su vida, como también en el rumbo de la cinta, pasando desde la comedia más básica a una mezcla de humor y drama que logra potenciar su relato.