Guapis: un drama francés sobre el crecimiento que va más allá de la polémica
La cinta, cuya promoción despertó controversia, llega a Netflix con la historia de Amy, quien enfrenta un conflicto familiar mientras pasa de la niñez a la adolescencia.
“Lo sentimos mucho por el inapropiado arte promocional que hemos usado para Guapis”, se leía en el comunicado que hace algunas semana dio a conocer Netflix, tras la polémica que suscitó el afiche con que publicitaron la cinta francesa que llega hoy a su plataforma.
Un poster que llevó a las redes sociales a llenarse de comentarios que afirmaban que el servicio estaba apelando a la hipersexualización a las niñas. Sin embargo, el filme que dirige Maïmouna Doucouré es mucho más que esa vaga representación.
Es la historia de Amy (Fathia Youssouf), una inmigrante senegalesa de 11 años de edad que hace poco se mudó junto a su madre, la devota y sometida Mariam (Maïmouna Gueye), y sus dos hermanos pequeños, a un edificio de departamentos de París.
Pero ese no es el único cambio en su corta vida. También debe hacer frente al hecho de que su padre volverá de Senegal con una segunda esposa -que ocupará la mejor habitación del apartamento- y que debe hacerse de un lugar y de amigas en su nueva escuela.
Un último punto que se relaciona directamente con Angelica (Médina El Aidi-Azouni), una despierta niña de su misma edad, que también asiste a sexto grado y vive en su mismo edificio, donde usa la lavandería para planchar su pelo y practicar sus rutinas de baile.
Esto último porque ella además es la líder del grupo de baile las Mignonnes -bonitas o “guapis”, como el título de la película-, que está integrado por otras tres compañeras de curso con las que recorre los patios del colegio en una actitud muy decidida.
Crecer entre dos culturas
Todo un mundo nuevo que llama de inmediato la atención de Amy y la lleva a copiar su estilo de ropa, con las poleras de su hermano menor, y a apoderarse del celular de un primo mayor para poder ver en internet los estilos de bailes que están de moda.
Grupo al cual puede ingresar luego de que otra integrante se pelea con Angelica y ella la reemplaza decidida a destacar, por lo que lo primero que hace es proponerles a sus compañeras atrevidos pasos de baile para un concurso en el que quieren participar.
Un pasatiempo que ocupa gran parte del tiempo de la pequeña, mientras en casa la anciana Tía (Mbissine Thérèse Diop) trata de guiarla por el camino de la religión musulmana y la obediencia, y mamá lidia con la próxima llegada de su marido y su segunda mujer.
De esta manera, el primer largometraje de Maïmouna Doucouré va contraponiendo, a través de su relato, los mundos entre los que se mueve Amy, donde la crisis en su hogar la lleva a tratar de sobresalir ante sus pares con cosas que todavía no son para su edad.
Un paso de la niñez a la adolescencia que siempre es conflictivo si no se cuenta con el apoyo necesario, y que en el caso de la pequeña protagonista de Guapis se dificulta más ante el drama que para ella, como para su mamá, provoca la decisión tomada por su padre.
De esta manera, la cinta va más allá de la polémica, construyendo una historia de crecimiento que enfrenta culturas y formas de vida, y llama a una abierta conversación entre padres e hijos sobre cómo enfrentar la sociedad hipersexualizada en que viven.
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