Un virus provoca el caos en Hacia el lago, la dramática serie rusa que llega a Netflix
Ocho capítulos tiene esta serie rusa basada en la novela de Yana Wagner, donde dos familias de Moscú escapan del peligro de una infección que asola Rusia.
Cuando el mundo lleva varios meses lidiando con la cuarentena, desde Rusia llega a Netflix un nuevo título que tiene como eje un virus, pero con peores consecuencias para quienes ataca. Su nombre es Hacia el lago y traslada a la pantalla una exitosa novela rusa.
El título de esta última es Vongozero y la publicó en 2011 Yana Vagner, mostrando la historia de un grupo de moscovitas que busca escapar a la muerte viajando a una isla deshabitada ubicada en el Lago Vongozero, en la región de Karelia.
En Hacia el lago, su versión audiovisual, que llega a la plataforma tras estrenarse en su país de origen en 2019, el relato se inicia cuando un hombre no identificado camina por un helado paisaje, con los ojos enrojecidos e iris decolorado, y tos con sangre, para luego desplomarse.
Poco después la narración se sitúa en las afueras de Moscú, donde vive Sergey (Kirill Käro) junto a su pareja Anya (Viktoriya Isakova) y el hijo autista de ella, Misha (Eldar Kalimulin). Pero Sergei también debe lidiar con su ex mujer y madre de su hijo, Ira (Maryana Spivak).
De forma paralela se conoce a su vecino, Lyonya (Aleksandr Robak), quien va a buscar a su rebelde hija Polina (Viktoriya Agalakova) donde la trataban por alcoholismo, mientras en casa lo espera su joven y embarazada esposa, Marina (Natalya Zemtsova).
Sin embargo, los problemas cotidianos se reemplazan de improviso por algo peor: un virus que que comenzó a cobrar víctimas -con síntomas como los del hombre del inicio del capítulo-, provocando el caos en la ciudad, la que aislan y sufre el corte de las comunicaciones.
Un viaje peligroso y revelador
Pero eso no es todo, ya que grupos de paramilitares empiezan a sacar provecho de la situación y a robar en las casas que deben inspeccionar. Es así como llegan a los hogares de Lyonya y Sergey, pero los reprimen violentamente reprimidos.
Ante el peligro de la epidemia y estos “ladrones”, las familias vecinas -junto a Ira, su hijo y el padre de Sergey, Boris (Yuriy Kuznetsov)-, viajan hacia el norte, a un refugio en Karelia. Y en sus respectivos autos inician un trayecto que será más arriesgado de lo que esperaban.
En éste no sólo se cruzan con personas infectadas -descubriendo que no todos mueren por el virus, sino que mutan en algo peor- y otras sanas, como el médico llamado Pavel (Aleksandr Yatsenko), quien conoce una medicina que sería clave para tratar el virus.
Además, deben lidiar con conflictos familiares y entre compañeros de ruta. En especial Sergey, a quien hieren y también es testigo de cómo su anterior y su actual pareja siempre están demostrando la enemistad que las separa.
Y es precisamente esta mirada a los conflictos personales de sus protagonistas lo que se convierte en el motor del mundo casi post apocalíptico de Hacia el lago, que a través de sus ocho capítulos va revelando cómo la epidemia afecta a los habitantes de Rusia.
Una serie que, además, posee un buen nivel de producción y destacadas actuaciones, y que refleja, con ficción y dramatismo, un tema contingente en cualquier lugar del mundo como lo es una infección, a pesar de que se realizó mucho antes de la pandemia.
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