El subgénero de la comedia de horror no pierde vigencia, como lo demuestra Hay algo en el bosque, la serie original de Star+ que combina el humor con situaciones escalofriantes.
La cual fue creada por el uruguayo Gastón Haag y el argentino Nicolás Amelio Ortiz, y realizada en España con talentos de este país combinados con sus pares transandinos.
Así, a lo largo de ocho episodios se van sumando diferentes acentos y vivencias que se ambientan en unas cabañas turísticas cercanas al Monte Amboto, en el País Vasco.
Las que son propiedad de Zigor (Zorion Eguileor), un anciano que además es el anfitrión del espacio que muestra varias historias que ocurren dentro de su propiedad.
Donde la pieza clave es una extraña piedra que alguna vez perteneció a un meteorito que cayó en el lugar, dejando tras su impacto trozos cargados de un raro poder.
Una magia que convirtió a este sector boscoso en escenario de inusuales hechos, donde deambulan terroríficas criaturas, junto a seres humanos bastante particulares.
La magia que desata el horror
Los que se convierten en protagonistas de relatos que tienen como puntos en común las cabañas, una reliquia con una de las piedras mágicas y un antiguo libro de hechizos.
Además de un estilo de narración y ambientación que emula a conocidas producciones de cine de terror clase B o clásicos de la “horror comedy”, incluyendo a sus afiches de época.
Con lo que es fácil relacionar la serie con títulos como la trilogía de Evil Dead, en especial por su escenario, aunque su humor y terror está lejos del nivel de la obra de Sam Raimi.
Lo que no impide que parte del público pase un buen momento con sus ocho narraciones, que se inician cuando una pareja de hermanos llega a una de las cabañas para una cita.
Ya que en este lugar estos jóvenes ladrones se reunirán con el mafioso Koldo Ugartetxe (Alfonso Agra) y sus hombres, para entregarle la joya que robaron para él de un museo.
La que es ni más ni menos que la reliquia con parte del meteorito que desencadenará la pesadilla para los visitantes al alojamiento en días futuros, después de caer en el bosque.
Dejando libre la magia que hará aparecer una mandrágora parlante, aliens, un hombre lobo o un auto poseído, ante la sorpresa y el terror de los turistas y empleados de Zigor.