La comedia se une a la acción, el suspenso y el espionaje en Hechos polvo, la singular serie de Netflix concebida por Jon Hurwitz, Hayden Schlossberg y Josh Heald.
El trío que ya dio vida a la exitosa Cobra Kai y ahora está de vuelta con el original de la plataforma que se ríe de las clásicas aventuras con agentes secretos y/o del gobierno.
Los que siempre logran salir adelante con una astucia casi anormal, pero acá son reemplazados por colegas que no siempre saben enfrentar el peligro y los desafíos.
Como se ve en la narración de ocho emisiones que, junto a la acción y suspenso, también incluye bastantes situaciones absurdas, marcadas por el humor de trazo grueso.
Las que claramente están enfocadas en el público adulto y tienen como escenario la ciudad de Las Vegas, y como protagonistas a un particular unidad de fuerzas especiales.
La misión de un equipo particular
La que está conformada por representantes de diferentes agencias gubernamentales, que deben rastrear un mortífero artefacto nuclear que podría arrasar toda la Ciudad de Pecado.
Como se ve en la partida de su alocada trama, cuando el grupo liderado por Ava Winters (Shelley Hennig), una oficial de inteligencia de la CIA, está en la piscina de un hotel.
Donde también se encuentra el traficante de armas ruso Ivan Koslov (Costa Ronin), quien está directamente involucrado con la ojiva nuclear que podría desatar el desastre.
El que deben evitar a toda costa Winters y sus subalternos, entre los que cuentan el líder táctico Chad McKnight (Nick Zano) y la tiradora experta Ángela Gómez (Paola Lázaro).
Además de Trunk (Terrence Terrell), Maya Lerner (Kimi Rutledge), Paul Yung (Eugene Kim) y Hagerty (C. Thomas Howell), un veterano experto en desactivación de bombas.
Trabajando contra el tiempo
El cual tiene la misión de desactivar cinco kilotones de alto poder, salvando a Las Vegas de la destrucción. Una misión que resulta exitosa y el grupo decide celebrar desatadamente.
Sin embargo, la felicidad llega a su fin cuando reciben una llamada anónima que les revela que la verdadera bomba explotará en unas horas, a menos que liberen a Koslov.
Lo que pone al equipo en una carrera contra el tiempo que hará que surjan sus mejores, pero también sus peores características, y la tensión se combine con situaciones absurdas.
Donde el enemigo, principalmente rusos -como un flashback a viejas cintas de espionaje-, parece ir un paso más adelante y el relato muestra algo sobre el origen del grupo de agentes.
Además de bastantes desnudos, explosiones y una sátira al filo del mal gusto y lo políticamente incorrecto, que claramente no será del gusto de todo el público.