Tras una borrosa etapa personal y profesional, Mel Gibson retornó a la actuación con papeles tanto protagónicos como secundarios. Un último apartado al que pertenecen títulos como Instinto peligroso, que hoy debuta en Netflix.

La cinta que se estrenó en noviembre en Norteamérica y a través del streaming llega al público latinoamericano para mostrar al actor y director como un personaje que, si bien no es principal, juega un rol clave en la trama.

Algo que también ocurrió en otra cinta de acción que también se puede ver en esta plataforma, La fuerza de la naturaleza -en que es un ex policía que ayuda a los protagonistas-, y ahora sucede en el filme de David Hackl.

Donde ya no es un hombre de la ley, sino que un psiquiatra que trata a Dylan “D” Forrester (Scott Eastwood), un ex soldado y convicto que al inicio de la narración pasa sus días en un departamento del que sale solo para buscar el correo.

Esto porque, como lo demuestra la pulsera de televigilancia en su tobillo, está en libertad condicional y mantiene a raya sus rasgos sociopáticos con la ayuda de la terapia del Dr. Alderwood (Gibson) y las pastillas de litio que le recetó.

Pero dos hechos atentan contra su reclusión y aparente calma: la aparición de un desconocido en su hogar y la noticia de que su hermano Sean, la única persona que se preocupaba por él, murió repentinamente.

El viaje que desencadena la acción

Este es el detonante de la huída de D, como se conoce al protagonista, de los oficiales del FBI que lo vigilan, encabezados por la agente Shaughnessy (Famke Janssen), y de su viaje a la isla en que Sean vivía en los últimos años.

Un lugar que había servido como recinto militar y en que el desaparecido historiador había instalado una posada junto a su esposa e hijo. El mismo sitio al que Forrester llega al funeral y donde es muy mal recibido por su madre.

Pero este es un problema menor ante lo que está por venir: el arribo del grupo de mercenarios encabezado por Cole (Kevin Durand), un viejo conocido del antihéroe de la cinta que es aún más peligroso que él.

Como lo demuestra su enfrentamiento con el Sheriff McCoy (Tyrese Gibson) y su posterior y violenta reacción ante el accionar de uno de sus hombres, mientras busca algo que estaría oculto bajo la superficie de la isla.

Al mismo tiempo que D trata de demostrar a sus familiares que el tratamiento psiquiátrico lo ha cambiado, para el cual son claves las continuas llamadas por celular que tiene con Alderwood, en los momentos de “humor” de la cinta.

El toque de comedia de Instinto peligroso que viene a sumarse a su apuesta por el suspenso y la acción, que logrará captar la atención de los seguidores de dichos géneros, en medio de un relato menor y bastante predecible.

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