Los recuerdos de un romance pasado y su fatídico final son la trama principal de Jonas, la nueva película francesa en el catálogo de Netflix.
Narrada en dos tiempos, uno en la adolescencia del protagonista y otra en su presente, nos adentra en la vida de Jonas (Félix Maritaud), quien en la actualidad vive atormentado por un pasado que no lo deja tranquilo.
Ese recuerdo es el de un un amor que tuvo de joven y que hasta el día de hoy deja huellas por un incidente en particular.
El romance fue con un joven llamado Nathan (Tommy-Lee Baïk), un chico extrovertido y que apenas se conocieron hicieron click. Juntos, vivieron diferentes aventuras.
18 años más tarde se sigue sintiéndose destruido, buscando arreglar su vida y buscando el perdón por lo que pasó junto a su primer amor.
Un misterioso amor
Si hay algo maravilloso en esta historia es el misterio que oculta el romance de Jonas.
A cada minuto deseamos enterarnos de qué fue lo que paso hace casi dos décadas y por qué este joven se encuentra tan destruido.
La película juega perfectamente entre las dos narraciones que tiene el filme, conectando de manera magnífica los recuerdos del pasado y la vida actual de Jonas, lo que hace que lo que vas viendo sea interesante y no te despegues.
Algo que toma importancia y se retrata bien es este romance entre estos dos muchachos. Sin caer en estereotipos, se centra en mostrar cómo ambos se conocieron y pasaron juntos esa etapa complicada que es la adolescencia.
Aunque las actuaciones no destacan particularmente, la película logra funcionar gracias a su buena historia y excelente narración.
Pero lo que más se aplaude es el giro final, cuando por fin sabes qué fue lo que pasó que cambió la vida Jonas y Nathan. Ahí, la historia logra poner la guinda sobre el pastel. Un final que no te esperas y que rompe el corazón.