En la primera entrega fuimos testigos del intenso fin de semana que nos preparó la abuela (Susana Alexander) para celebrar su cumpleaños. Desavenencias y secretos familiares fueron el eje de esa producción y en su secuela, La boda de la abuela, no será la excepción.
El primer hito de ese inolvidable cumpleaños fue la sorprendente transformación de Francisco (José Carlos Rodríguez), hijo de la abuela. De alcohólico odioso y fiestero empedernido, ahora le tocará ser un sobreprotector padre.
Si bien con sus primeros cuatros hijos la crianza no resultó muy bien, con el retoño, fruto de la relación de su nueva relación con la joven Natalia (Martha Claudia Moreno). En este intento, pretenderá ser el padre más preocupado del mundo, para que este hijo no sea igual a los demás del clan. La boda de su madre no será su mayor preocupación en esta ocasión.
Uno de los conflictos que quedó inconcluso fue el lío amoroso entre los hermanos Daniel (Luis Arrieta) y Sebastián (Luis Ernesto Franco). En la primera películas vimos como los dos hermanos se pelearon a muerte por el amor de Andrea (Paola Núñez).
Finalmente fue Sebastián quien se quedó con el corazón de Andrea, y en esta segunda parte este compromiso ya es serio, tanto así que tienen una importante noticia que anunciar. ¿Soportará el amargado Daniel lo que su hermano y su nueva cuñada -quien también es su ex novia- tienen que informar?
Quien también dará que hablar en esta junta será Ana (Marimar Vega). Su novio Juan Pablo (Antonio Gaona) -que es un cantante malísimo- inesperadamente le pedirá matrimonio. Dudando sobre si él es el verdadero amor de su vida, durante la reunión familiar, Ana reflexionará sobre la decisión que deberá tomar: el sí o un no.
Diana (Tiaré Scanda) es la otra hermana del clan familiar. A punto de dar a luz, si antes este personaje se entrometía en la vida de sus hermanos y los controlaba como se le diera la gana, ahora junto a su marido Gerardo (Rodrigo Murray) esperan a su primer hijo, por lo que sus tres hermanos dejarán de ser su asunto. De hecho estará bien desligada de lo que sucede a su alrededor.
El novio
Julio (Dino García) siempre ha cuidado la hacienda de la abuela en Cuernavaca, por lo que es un conocido de la casa. Al parecer él tiene buenas intenciones, pero los nietos de la abuela no están tan seguros de eso.
Quienes también llegaran al casorio serán los familiares del novio, liderados por Aurora (Macaria) matriarca del clan del novio quien tampoco estará de acuerdo con esta unión. Por el rango de edad que comparte con la novia, harto le costará decirle “hija” a su nueva nuera.
Siendo una parodia de algunos estereotipos mexicanos, o también reconocidos como chilangos, la familia del novio responde a algunas de estas características. Aurora es conservadora y su primo Rafael (Armando Hernández) es un bruto ranchero que no abandona su pistola ni para dormir.
El choque entre una familia apegada a las buenas costumbres y otra que es totalmente disfuncional, sin dudas producirá un enredo de aquellos que pondrá en duda el casorio de la abuela con Julio.
La película es ligera y de fácil entendimiento, pero si es recomendable ver su producción original pues hay varias situaciones que no se entienden sin un contexto previo. Aunque esto no es limitante para verla, ya que cae en los típicos clichés de comedias románticas. Una entretenida película para alguna tarde verano.
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