La casa de los abuelos: la apuesta sobrenatural tailandesa de Netflix
La nueva película oriental de la plataforma muestra la historia de dos hermanos adolescentes que se ven obligados a vivir con sus abuelos, descubriendo en su casa un agujero que esconde escalofriantes visiones.
Aunque es Asia Oriental la que se destaca en Netflix con producciones chinas, japonesas y surcoreanas, sus vecinos del sudeste asiático también se han hecho de un lugar en su oferta, especialmente con realizaciones tailandesas como la nueva La casa de los abuelos.
Una película de terror dirigida por Wisit Sasanatieng y con un guión escrito por Abishek Jirathaneswongse, que invita a conocer la verdadera pesadilla que viven dos hermanos después de la tragedia familiar que les permite descubrir a parientes desconocidos.
Ellos son Pim (Sutatta Udomsilp) y Putt (Nattapat Nimjirawat), y su historia se inicia con una frase en pantalla que afirma que hay tres cosas que no se pueden esconder: el sol, la luna y la verdad. Una verdad que solamente se revelará tras dos extensas horas de relato fílmico.
El cual se emparenta lejanamente con la cinta Los huéspedes, de M. Night Shyamalan, y se inicia con Mai (Nicole Theriault) pidiendo a sus hijos adolescentes Pim y Putt que esa tarde alimenten bien al gato Latte, antes de que se vayan a sus respectivas ocupaciones.
Y es en el auto familiar, camino a su trabajo y colegio, que Mai les cuenta que esa noche saldrán a festejar, ya que la ascendieron en su empresa. Sin embargo, la celebración deberá aplazarse de manera indefinida luego de que ella sufre un grave accidente.
Una noticia de la que se enteran sus hijos a través de quien menos esperan: su abuelo Pong (Sompob Benjathikul), a quien nunca habían visto y ahora aparece de improviso para llevarlos a ver a su madre al hospital, donde conocen a su abuela Wan (Tarika Thidathit).
La repentina visita a los abuelos
La sorpresa es mayor para los jovencitos cuando sus abuelos los llevan a vivir con ellos hasta que su madre salga del coma en que se encuentra, hallándose de un día para otro en una casa desconocida y durmiendo en la pieza que perteneció a su mamá.
Cambios repentinos a los que luego se suma un hecho aún más inusual: la aparición de un extraño agujero en la sala del hogar que ahora los acoge y que solo ellos pueden ver. El mismo por el que se divisa lo que suponen es el living de la casa colindante.
Pero con el paso de los días las cosas acerca de ese hueco en el muro se irán poniendo todavía más peculiares y aterradoras, con visiones de una niña que parece herida. La que para los hermanos sería una fantasma y, más tarde, una visión sobre una tragedia pasada.
En el relato sobrenatural que guía el argumento central de La casa de los abuelos, al que los realizadores de la misma, tal vez para hacerla más completa o compleja, agregaron dos subtramas. Una relacionada con el colegio de Pim y Putt, y otra con el causante del accidente de su madre.
Con lo que claramente se intenta dar más profundidad a las personalidades y conflictos de sus protagonistas -en especial con Pim y su entorno estudiantil, y el pasado de su abuelo en la policía-, pero extiende en demasía un relato que debería haber optado solo por el terror.
Porque los pasajes marcados por el drama o el suspenso se sienten forzados y fuera de contexto, haciendo perder a la narración todo lo que puede lograr con lo sobrenatural. A pesar de esto, La casa de los abuelos logra mantener la atención del público la mayor parte del tiempo.
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