La conferencia: la película sueca de Netflix donde una reunión de trabajo se vuelve pesadilla
Patrik Eklund es el director de la comedia de terror slasher que lleva a la pantalla la novela de Mats Strandberg, donde un grupo de empleados municipales es atacado por un asesino.
Desde Suecia, y con bastantes sustos y humor, llega al streaming La conferencia, la película que lleva a la pantalla la novela Konferensen, de Mats Strandberg (El círculo).
El periodista y escritor que ha hecho carrera en la fantasía y el terror literario, y es el creador de la singular narración que inspira la cinta de Netflix dirigida por Patrik Eklund.
La que, como muchos títulos slasher que la preceden, tiene como escenario cabañas vacacionales entre bosques y a orillas de un lago, donde ataca un asesino despiadado.
Aunque aquí el objeto de su violencia no son jóvenes -como en Martes 13 o Nadie duerme en el bosque esta noche, también de Netflix-, sino que los maduros trabajadores de un municipio.
Los que se convierten en blanco de un homicida poco después de que se comience a desarrollar su trama, la que logra entretener e impactar con sus escenas más sangrientas.
Donde se conoce la inusual aventura que encara el grupo encabezado por Ingela (Maria Sid), cuando llega a la aldea vacacional de Kolarsjön por una convención laboral.
La reunión se vuelve pesadilla
La cita que mezclará trabajo con diversión, donde los funcionarios de la municipalidad de Kolarängen arreglarán los últimos detalles en torno a la inauguración de un centro comercial.
El que según Ingela y Jonas (Adam Lundgren), el coordinador de proyecto, solo traerá beneficios al municipio, esencialmente monetarios, aunque sus colegas no piensan igual.
Una discrepancia que se hace presente desde el primer momento, en especial cuando Lina (Katia Winter), quien estaba con licencia y recién volvió a trabajar, nota algo raro en unos documentos.
Aunque nadie del grupo se imagina que solo a unos metros de distancia un hombre, del que no se revela la cara, ha comenzado a deshacerse de quienes atienden a los visitantes de Kolarsjön.
Partiendo por el chef del lugar, para luego ir sumando uno a uno a los encargados del centro recreacional, para más tarde poner como objetivo a los empleados municipales.
Lo que hace con diferentes objetos cortopunzantes y herramientas, desde un machete a las aspas de un motor de lancha, ataviado con la cabeza del corporeo de Hollín, el símbolo de Kolarängen.
En una pesadilla sin fin que mezcla los cruentos asesinatos con los conflictos de los colegas y un caso de corrupción, en medio de la naturaleza, la ironía y buenos efectos especiales.
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