La Edad Dorada: el drama histórico retorna a HBO Max con un segundo ciclo opulento e imperdible
El espacio creado por Julian Fellowes (Downton Abbey) presenta una nueva temporada donde los cambios en la sociedad se hacen notar, ejemplificados en el poder que el dinero le da a Bertha Russell.
Tras conquistar al público del mundo con las vivencias de la aristocrática familia Crawley en Downton Abbey, Julian Fellowes una vez más unió drama e historia en La Edad Dorada.
Su nueva mirada al pasado, pero ya no en tierras británicas, sino que en la Nueva York de fines del siglo XIX, cuando las nuevas fortunas se comenzaban a hacer notar en la ciudad.
En la denominada “edad dorada estadounidense”, cuando el crecimiento industrial llevó a que dueños de las grandes empresas, como también del ferrocarril y el acero, se hicieran notar.
No solo construyendo mansiones en el Upper East Side de Manhattan, sino que esencialmente tratando de hacerse de un lugar en la ancestral sociedad que la dominaba.
Lo que Fellowes replicó en su espacio para HBO y HBO Max desde que la familia del industrial George Russell (Morgan Spector) llegó a vivir frente a Agnes van Rhijn (Christine Baranski).
Los Russell llegan a transformar todo
Una de las representantes de las viejas fortunas de Nueva York que vio con desaprobación como su tradicional barrio fue sacudido con la construcción del palaciego hogar de los Russell.
Al que pronto se mudaron los hijos de George, Gladys (Taissa Farmiga) y Larry (Harry Richardson), y su esposa Bertha (una grandiosa Carrie Coon), figura esencial del relato.
Quien desde su arribo a la escena neoyorquina dejó en claro que iba a luchar con garras y dientes, además de sus millones, para hacerse de un lugar como dama de la alta sociedad.
Al mismo tiempo que se conocían las vivencias de sus empleados y los de su vecina, como también los de otros personajes claves: Ada (Cynthia Nixon) y Marian (Louisa Jacobson).
La hermana y sobrina de Agnes más abiertas a los cambios que comienza a experimentar su rígido entorno neoyorquino, que hacen notar con fuerza en el segundo ciclo de la serie.
Otra etapa para la sociedad neoyorquina
Una temporada que parte en la Pascua de Resurrección de 1883, cuando tanto Van Rhijn con su familia como los Russell concurren a la iglesia para la misa que conmemora la fecha.
Y queda en claro que Bertha ya es parte de la crema y nata neoyorquina, incluso aceptada por Carolina Astor (Donna Murphy), la gran dama y regidora de la sociedad local.
Sin embargo, se opone a que Lady Russell obtenga un palco en la Academy of Music, por lo que Bertha decide apoyar la construcción de otro teatro para la ópera: el Metropolitan Opera House.
Al mismo tiempo que su marido decide encarar con todas sus maquinaciones y dinero al naciente sindicato de trabajadores de su planta siderúrgica de Pittsburgh.
En el apartado social de la temporada que también expone la situación de los afroestadounidenses, a través de lo que experimentan Peggy (Denée Benton), su familia y su entorno.
Aunque siempre sea su oropel y dramatismo más telenovelesco, junto a un destacado elenco, lo que hace de La Edad Dorada uno de los grandes placeres culpables de la pantalla chica actual.
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