Se ha hecho costumbre que Netflix sume periódicamente a su catálogo realizaciones hechas en Polonia. Por lo que no es extraño que poco después del suspenso serial de Monstruos de Cracovia llegue la comedia de La fierecilla indomable.

La nueva película polaca del servicio que, aunque recuerda por su título a la famosa obra de Shakespeare –La fierecilla domada-, presenta una narración original para la plataforma que muestra la historia de cómo una chica vuelve a creer en el amor.

Una cinta dirigida por Anna Wieczur-Bluszcz que tiene como escenario la verde y montañosa región de Podhale, a los pies de los montes Tatra. Y es específicamente a la ciudad de Zakopane que regresa Kaśka (Magdalena Lamparska).

Una científica que decide volver a sus raíces luego de que sufre una desilusión amorosa en Chicago, Estados Unidos, para buscar refugio en los recuerdos que alberga la casa en que vivió los mejores momentos de su infancia y juventud.

Sin embargo, su retorno no es bueno para su hermano Jędruś (Tomasz Sapryk), quien mientras ella estuvo fuera llegó a un acuerdo, junto a su socio y amigo Wacuś (Piotr Cyrwus), para vender el terreno familiar donde crece un valioso árbol.

El cual para la empresa que lidera Agata (Dorota Landowska) se convertirá en los muebles que le darán millones de euros. Un negocio al que Kaśka se niega, ya que tiene planes de continuar sus investigaciones con abejas en casa.

Un plan para “deshacerse” de Kaśka

Lo que sucede al mismo tiempo que el vividor hermano de Agata, Patryk (Mikołaj Roznerski), acepta vender a su hermana las acciones que tiene de la empresa familiar para pagar una deuda. Un trato que incluye otro “trabajo”.

Esto es el conquistar a Kaśka para conseguir rápido las tierras, algo que no parece fácil tras un accidentado primer encuentro con ella. Pero hay algo más: este buscavidas también acepta ser parte del plan de Jędruś y Wacuś.

El que consiste en seducir a la investigadora y luego abandonarla para que se vaya de Zakopane a comenzar una nueva vida lejos de ahí, como ya lo hizo al dejar EE.UU. Sin embargo, las cosas no serán fáciles para el forastero.

En el inicio de un relato donde también es clave la presencia de Maryla (Dorota Stalińska), una buena amiga de Kaśka que elabora licor clandestino, y Urzędnik (Sławomir Zapała), el abogado del pueblo que está presente en todo momento.

Donde, como es de esperar, la atracción será inevitable para los opuestos Kaśka y Patryk, con varias escenas donde el romance se combina con la ironía y algunas fricciones. Al mismo tiempo que Jędruś y Wacuś no dejan de discutir.

En la apuesta de La fierecilla indomable por el humor más simple y muy burlón, que acompaña de buena forma al romance, mientras la cinta le saca mucho partido a los bellos paisajes montañosos que ofrece la región de Podhale.

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