Soeces, rudos, ofensivos… múltiples son las denominaciones que los definen y también múltiples las ocasiones en que a diario una persona común los usa. Son los improperios -o garabatos en Chile- y La historia de las palabrotas permite conocer más sobre ellos.
Y aunque esta serie de comedia de Netflix analiza los que son comúnmente usados en el idioma inglés, estos son igual de reconocibles en distintos rincones del mundo, incluido nuestro país, gracias a películas, canciones y otros medios que los han popularizado.
En un recorrido audiovisual para adultos, que en su primer ciclo permite conocer el origen y uso de “Fuck” (subtitulado como carajo), “Shit” (mierda), “Bitch” (perra), “Dick” (pene), “Pussy” (vagina) y “Damn” (maldición), y que tiene como su conductor a Nicolas Cage.
De esta forma el protagonista de Adiós a Las Vegas o La Roca, que en los últimos años se ha escondido en cintas poco memorables, es quien tiene la misión de encauzar y presentar cada uno de los seis capítulos, de 20 minutos de duración, de este pseudo documental.
El que se inicia centrado en “Fuck”, palabra que, como el mismo Cage afirma, es una de las más “maleables” del idioma inglés, capaz de expresar casi todas las emociones humanas, desde la frustración al enojo, gracias a su versatilidad, como bien lo explica Kory Stomper.
Para esta lexicógrafa, “Fuck” se puede utilizar como interjección, adjetivo y adverbio. Aunque hay otro uso que se relaciona directamente con el acto sexual, que habría nacido en el siglo XIV, como sostiene el profesor de ciencia cognitiva Benjamin K. Bergen.
Entre la historia y las opiniones “divertidas”
Dos expertos a los que a lo largo de la serie se unen otros profesionales, como la docente de estudios de la mujer Mireille Miller-Young, la autora y Doctora en Filosofía Melissa Mohr y Elvis Mitchell, el reconocido crítico que aquí se refiere a las palabrotas en el cine.
Pero ellos no son los únicos nombres que comparten sus opiniones. También se hacen presentes diferentes comediantes, como Sarah Silverman, Nick Offerman, Nikki Glaser y London Hughes, para ofrecer su mirada más común y sarcástica a las blasfemias.
Una mezcla entre liviandad y seriedad que se hace presente en cada una de las emisiones de La historia de las palabrotas y que se suma a imágenes de archivo, ilustraciones y segmentos de películas, para dar vida a un espacio que se presenta como serie de comedia, pero que tiene aspiraciones de docuserie.
La misma que permite conocer divertidos detalles, como que “Fuck” es el improperio más utilizado en el cine -75% sobre otros- y que a pesar de que Samuel L. Jackson es el actor con que generalmente se relaciona, quien lo ha dicho más veces en pantalla es Jonah Hill.
O que “Dick” pasó de ser el apodo para Richard a denominar al miembro masculino, además de aumentar su mal nombre al relacionarse con el ex presidente Richard Nixon, y que “Damn” surgió como símbolo de una condena religiosa en el medioevo europeo.
Un entretenido recuento que tiene su mayor fortaleza en los datos históricos y sociales, más que en los comediantes -muy usados en espacios sobre “videos divertidos”-, que hace de La historia de las palabrotas la alternativa perfecta para una tarde de verano en casa.