Desde el drama a la comedia, pasando por el suspenso y la acción, son algunos de los géneros que ha enfrentado Jennifer Lopez en su faceta como actriz, la que retoma en La madre.
La cinta de Netflix y la número 40 de una carrera que desde los 80 ella ha combinado con la música, donde además de hacer gala de su faceta dramática, expone su habilidad física.
Un desafío que ella efectúa bajo la dirección de la realizadora neozelandesa Niki Caro (Mulan), cumpliendo también el rol de productora, a lo largo de dos agitadas horas de metraje.
En las que en su personaje enfrenta el sufrimiento de una madre que lo sacrificó todo por una hija que no creció junto a ella, además de disparar, conducir motos y golpear fuerte.
Lo que se conoce en un relato que explica poco del pasado de los personajes o sus motivaciones, pero es pródigo en violencia y en hacer de la anónima antiheroína de Lopez su gran atractivo.
El cual se inicia con la ex militar y asesina, al que los subtítulos identifican simplemente como “madre”, siendo cuestionada por el FBI por sus vínculos con dos peligrosos criminales.
Una madre dispuesta a todo
Una escena en que pronto, y como intuía la protagonista, los ataca uno de los villanos con los que tuvo nexos comerciales y amorosos, escapando con vida ella y un agente federal.
El que se llama Cruise (Omari Hardwick) y, en retribución a la ayuda del personaje de Lopez, se lleva a la niña que ella tuvo tras el enfrentamiento, para que crezca a salvo con otra familia.
A lo que sigue un salto de 12 años al presente, cuando “madre” vive alejada de la civilización en Alaska, cazando caribúes, hasta que recibe una carta de Cruise que la pone en alerta.
Su hija está en peligro de que la atrapen sus viejos socios criminales, por lo que debe viajar de inmediato para tratar de evitarlo, poniendo en práctica sus violentas habilidades.
Sin embargo, su talento con un fusil no impide que a Zoe (Lucy Paez), como se llama la niña, la rapten, pero no por mucho, porque logra salvarla de las manos de Álvarez (Gael García Bernal).
Y como todavía está presente la amenaza de Lovell (Joseph Fiennes), decide llevarla con ella a Alaska, donde, con un trato distante, comienza a entrenarla en defensa personal.
Lo que hace de La madre un cruce entre cintas como Hanna (2011) y Nunca más, el filme que la misma Lopez protagonizó hace 20 años, en el rol de otra madre protegiendo con todo a su hija.