El taiwanés Shih-Han Liao había desarrollado su carrera en la TV de su país hasta que decidió dar el salto al cine en 2018. Y lo hizo con el terror, un género del que sabía un poco gracias a la serie Una casa de bloques, con el largometraje La maldición de la soga.

Esa película que mostraba la pesadilla que vivía una pareja luego de que el joven Jiawei (Jason Tsou) decidiera transmitir en vivo un ritual para lograr más visitas a su canal de Youtube y así ganar el dinero que le permitiera casarse con Shuyi (Kimi Hsia).

Un rito conocido como “song rou zong”, donde la personificación de la deidad Zhong Kui debe tirar al mar la soga con que alguien se ahorcó, para evitar que su espíritu quede en el lugar en que se suicidó y trate de poseer el cuerpo de un vivo para reencarnarse.

Dos años después, el realizador taiwanés revisita el horror en torno a esa tradición religiosa con La maldición de la soga 2, secuela que estrena Netflix y que continúa con parte de los eventos de la primera entrega, y uno de sus personajes, centrándose en la denominada danza de Zhong.

Un relato que inicia cuando tres monjes taoístas -entre ellos el de la anterior cinta interpretado por Bor Jeng Chen- llegan al lugar en que seis narcotraficantes se ahorcaron en honor al Demonio Tailandés y uno de ellos muere durante un exorcismo.

De manera paralela, un youtuber y dos chicas arriban hasta un edificio abandonado, desde donde él transmitirá directamente por su canal un suceso paranormal. En este, la médium Jia-min (Wilson Hsu) tratará de conectarse con el espíritu de La Dama de la Silla.

Un camino de aceptación y posesiones

La invocación es exitosa, pero enfrenta a los jóvenes a la rabia de la fantasma, en especial a Jia-min, quien logra liberarse del espectro gracias a la repentina llegada de Huo-ge (Kang-sheng Lee), uno de los tres monjes del comienzo de la película.

Lo que tanto Huo-ge y Jia-min ignoran en ese momento es que el destino volverá a unir de una manera escalofriante sus caminos, que de alguna manera ya estaban conectados por la habilidad que ambos tienen de poder visualizar seres y sucesos paranormales.

Esto porque el monje deberá interpretar el papel de Zhong Kui durante un nuevo ritual song rou zong, que se realizará para evitar que el Demonio Tailandés siga cobrando víctimas, entre los que se cuenta el abusivo marido de la tía de la muchacha.

Pero el poder del espíritu que combaten es más fuerte de lo que esperaban y los rituales no serán tan efectivos, poniendo a los protagonistas frente a una serie de enfrentamientos con lo paranormal, además de sentimientos y traumas más terrenales.

Y aunque la presencia de demonios y posesiones siempre es perturbadora, La maldición de la soga 2 falla al momento de generar verdaderos sustos, porque posee un guión algo intrincado y sus actuaciones en muchos momentos se tiñen de melodrama.

Sin embargo, no todo está perdido, ya que la segunda cinta de terror de Shih-Han Liao logra inquietar al espectador, con una trama que explora en tradiciones y ritos que son totalmente desconocidos para la mayoría de los occidentales.

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