Con el estreno en Netflix de la versión 2022 de La masacre de Texas, se suma un nuevo capítulo a la extensa y sangrienta historia de Leatherface y su familia. La que ha incluido secuelas, una precuela y otra versión en 3D, luego del debut de la original en 1974.
Donde, bajo la dirección de Tobe Hooper (Poltergeist), se conoció la historia de los amigos encabezados por los hermanos Sally y Franklin Hardesty (Marilyn Burns y Paul A. Partain) desde que llegaban a una zona rural de Texas en que estaba su antigua casa familiar.
En el inicio de una pesadilla que los llevó a cruzar su camino con el del dueño de una gasolinera y sus desquiciados hijos, uno de ellos Leatherface -que usa la piel del rostro de otra persona sobre su cara-, quienes consumen la carne de desprevenidas víctimas.
Una inquietante realización de horror y locura, que además marcó un precedente para varios títulos del subgénero de terror conocido como slasher y convirtió a Leatherface, junto a su motosierra, en una figura del mundo de los asesinos seriales fílmicos.
La cual se presentó, en una estrategia de marketing, como basada en una historia real. Mismo camino que toma la nueva cinta de streaming que dirige David Blue Garcia y se inicia cuando en la televisión de una pequeña tienda se promociona un programa.
El cual explorará uno de los crímenes sin resolver más famosos de Texas, que costó las vidas de cuatro amigos a inicio de los años 70 y dejó solo una superviviente, Sally Hardesty, que tras su declaración a la policía se alejó de la opinión pública.
La muerte que desata una pesadilla
Una promoción que ve con atención una joven clienta del local llamada Lila (Elsie Fisher), quien viaja junto a su hermana chef Melody (Sarah Yarkin), el socio y amigo de esta, Dante (Jacob Latimore), además de la novia de él, Ruth (Nell Hudson), a Harlow.
Un pequeño pueblo texano olvidado por el tiempo que Melody y Dante, quienes además son famosos influencers, compraron para revivirlo con su propio restaurante y la venta de las otras propiedades y locales a jóvenes emprendedores que vienen de la ciudad.
Pero las cosas no empiezan con el pie derecho, ya que luego de un pequeño altercado con un brusco desconocido, que luego resulta ser la persona que contrataron para arreglar Harlow, descubren que en el edificio del antiguo orfanato aún vive su encargada.
La cual es una anciana que cuida a uno de sus “niños” y sufre un ataque cardíaco cuando le piden dejar el lugar. Y cuando la llevan en una patrulla policial al hospital esta choca y la mujer muere, tras lo que su protegido le saca la piel del rostro y se la coloca sobre su cara.
Lo que viene después es fácil de presagiar. El renovado Leatherface (Mark Burnham) mata a la policías y a Ruth, que se había ofrecido a acompañar a la anciana, y retorna al orfanato por su motosierra para desatar una masacre entre los visitantes a Harlow.
Aunque todavía falta que arribe alguien ligado al crimen de los 70 que busca venganza. La pieza que completa un relato que revive la saga de La masacre de Texas de una manera algo tosca y muy sangrienta, pensada en los seguidores del gore y el terror más crudo.