Estrenada originalmente durante el BFI London Film Festival el 10 de octubre de 2019, La música del terremoto acaba de arribar al catálogo de Netflix.
Su relato, basado en la novela homónima de Sussana Jones, está ambientado en Japón durante 1989 y sigue a Lucy Fly (Alicia Vikander) una joven y enigmática mujer extranjera que lleva viviendo ya varios años en Japón, sin familia ni muchos amigos.
Mientras huye de su pasado, Lucy cruza su camino con Teiji (Naoki Kobayashi), un fotógrafo local que también tiene un pasado doloroso, con quien termina teniendo una fugaz e intensa relación.
Ese es el punto de inicio de un romance obsesivo, que hará que la protagonista vuelva a explorar los terrores que la asolaron antes de llegar a tierras niponas.
Todo llevado a la pantalla como un thriller psicológico bastante perturbador, sobre todo por el hecho de que, más allá de lo verosímil que es el tipo de terror utilizado en la cinta, el trabajo del elenco no es de lo más convincente.
La película tiene altibajos. Cuenta con un guión que a ratos muestra lucidez en los textos de los personajes, y un trabajo de sonido que debe ser lo mejor de la producción, pues por momentos logra crear la atmósfera necesaria para que la tensión se vuelva protagonista de un relato que se siente lánguido y repetido.
Mención aparte para el trabajo de iluminación y fotografía, que retrata de una forma simple y no pretensiosa la esencia del cotidianidad en una ciudad japonesa.