A comienzos de 2019 las aventuras de Jack Morton en La orden secreta debutaron en Netflix, sumándose a su catálogo de series juveniles con una particular apuesta de magia y hombres lobos enfrentados en la Universidad Belgrave.
Poco más de un año después, los seguidores del espacio pueden conocer el destino de sus jóvenes protagonistas, luego de que en el capítulo final de su primer ciclo a Jack (Jake Manley) y a Los Caballeros de San Cristóbal la Orden les borrara la memoria.
Así, en el episodio inicial de la segunda temporada Jack, Lilith (Devery Jacobs), Randall (Adam DiMarco) y Hamish (Thomas Elms) son “comunes” estudiantes que olvidaron su pasado. Un estado que deben controlar sus tutores de la Orden Hermética de la Rosa Azul.
Sin embargo, imágenes sobre lo que realmente vivieron comienzan a asaltar sus mentes y su latente transformación a hombres lobo empieza a resurgir con más regularidad. Más cuando un desconocido comienza a practicar letales encantos en medio de Belgrave.
Cuando las cosas comienzan a ponerse peligrosas y la rectora y Gran Maga Vera (Katharine Isabelle) no puede encontrar el “turista mágico” asesino, la ahora Magistrada Alyssa (Sarah Grey) decide devolverle a Jack y a sus amigos sus recuerdos.
Algo que deben mantener aún en secreto luego de los convierten en nuevos discípulos de la Orden por Vera, para así mantener bajo control a los hombres lobo que siempre han luchado contra la misteriosa sociedad de magos.
Nuevos peligros y renovados antagonistas
Así, con los Caballeros de San Cristóbal como parte de la Orden mágica comienza la acción de 10 nuevos capítulos donde retornan con más protagonismo viejos conocidos, como la arrogante Gabrielle (Louriza Tronco) y la sospechosa Kepler (Françoise Yip).
Pero a diferencia del ciclo anterior, donde el gran antagonista era Edward Coventry (Max Martini) y sus ansias de poder, ahora magos y hombres lobos deberán enfrentar varios peligros a la vez; empezando con el “turista mágico” de su inicio.
Jack y compañía, tanto licántropos como hechiceros, deben también hacer frente a un poderoso demonio que se alimenta de los miedos de las personas, a otra orden llamada Los Hijos de Prometeo y a una amenaza que se oculta en las mismas aulas de la universidad.
Una combinación de renovadas aventuras y nuevos y conocidos personajes que van apareciendo y combinándose a lo largo de los 10 episodios; otorgando a este ciclo de La orden secreta un ágil ritmo que no decae hasta su emisión final.
Y si a eso le sumamos humor, además de la complicada relación entre Jack y Alyssa, e impensados romances entre otros protagónicos, estamos ante un entretenido retorno al mundo de magos y hombres lobos que La orden secreta trajo a Netflix.