La sociedad de la nieve: la conmovedora y veraz película que revive la tragedia de Los Andes
J.A. Bayona dirigió la cinta de Netflix que revive la dramática experiencia de los sobrevivientes del accidente del vuelo uruguayo, que en 1972 traía a un grupo de rugbistas con amigos y familiares a Santiago.
En 2012, J.A. Bayona ofreció en Lo imposible su mirada al tsunami de Indonesia de 2004, para ahora en La sociedad de la nieve mostrar otra épica historia de supervivencia.
Su película número cinco y la confirmación de su talento para abordar tragedias de la vida real, sin obviar la crudeza, pero tampoco ahondar en la sensiblería o la truculencia.
Lo que esta vez realiza revisitando una historia conocida por la mayor parte de los chilenos: el accidente que en 1972 sufrió un equipo de rugby uruguayo, al viajar hacia Santiago.
El que afectó al vuelo de la Fuerza Aérea de Uruguay que trasladaba a los integrantes del club Old Christians, más amigos y familiares, y Pablo Vierci recapituló en su libro.
El cual este periodista publicó bajo el título de La sociedad de la nieve, después de haber investigado y entrevistado a los sobrevivientes de la denominada tragedia de Los Andes.
Numa se convierte en el narrador
Con lo que Vierci concibió un relato en primera persona que fue la fuente esencial de lo que Bayona despliega en una conmovedora narración, de más de dos horas, que llega a Netflix.
La que revive la dramática experiencia desde un poco antes del vuelo, cuando Numa Turcatti (Enzo Vogrincic) es invitado por uno de sus amigos a sumarse al viaje a Santiago.
Pero Numa no sólo acepta, después de dudar un poco, ser parte de la travesía del equipo de rugby Old Christians a Chile, sino que además adquiere un protagonismo adicional.
Su voz es la encargada de contar los hechos que vienen a continuación, en una decisión de Bayona por tener un relato en primera persona, a pesar del trágico destino de su narrador.
De esta manera sus palabras e imágenes muestran los alegres preparativos, como también el inicio del distendido vuelo hasta que un error del piloto hace que la nave se precipite.
Una decisión para no morir de hambre
Una caída que hace que el avión se parta, dejando la mayor parte del fuselaje en medio de la cordillera después de cobrar varias vidas, como se ve en una escena impactante.
A la que siguen no menos estremecedores pasajes, cuando los sobrevivientes ven pasar los días y nadie viene a rescatarlos, mientras baja la temperatura y arrecia el hambre.
Lo que lleva a que en las horas de mayor frío se agrupen en la parte del fuselaje que quedó intacta para obtener abrigo, además de tomar una decisión crucial sobre cómo alimentarse.
En la que se obvian dudas y creencias religiosas, para sólo pensar en la supervivencia y cómo un cuerpo inerte puede ser clave, lo que en la cinta se expone con veracidad y respeto.
Para luego seguir su crónica del desastre y otras muertes, tras un repentino alud que toma por sorpresa al grupo y deja a Numa con una herida en su pierna que será perjudicial.
Aunque finalmente es una historia sobre hermandad y esperanza, donde, tras 72 días en Los Andes, 16 supervivientes son rescatados gracias a Roberto (Matías Recalt) y Nando (Agustín Pardella).
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