La última familia ninja: la misteriosa y entretenida serie japonesa de Netflix sobre un clan muy singular
Kaku Kento es el ideólogo y protagonista del espacio nipón original de la plataforma, que muestra cómo un grupo familiar shinobi vuelve a la acción y el peligro tras inusuales incidentes.
Es difícil igualar el número de k-dramas de Netflix, sin embargo, los espacios japoneses han aumentado su presencia en el último tiempo con series como La última familia ninja.
La nueva serie hecha en Japón especialmente para el servicio, que debuta poco después de la llegada al mismo de Vivant y La cocina de Fermat, con su relato de ocho episodios.
El cual fue concebido por el actor y productor Kaku Kento, y desarrollado para la pantalla por Dave Boyle, quien es estadounidense, pero se ha enfocado en temáticas asiáticas.
Como la que sirve de motor a esta realización: la mítica figura del ninja o shinobi, el agente secreto y mercenario que habría servido especialmente durante el periodo feudal nipón.
Y que ahora revive en una trama ambientada en la actualidad, que se mueve entre el suspenso y la acción, con algo de comedia, para desarrollar la historia de la familia Tawara.
Los Tawara y su “vida normal”
En especial sobre su hijo Haru (el mismo Kento), a quien se le presenta trabajando como recargador de máquinas expendedoras y un amante del bowl de carne con huevo crudo.
Sin embargo, Haru forma parte de un antiguo clan shinobi: la familia Tawara, descendiente directa de Hattori Hanzo y encabezada por Soichi (Yosuke Eguchi) y Yoko (Tae Kimura).
Quienes son padres de Haru, la universitaria Nagi (Ayama Makita) y el pequeño Riku (Amasaka Banya), y todavía cargan con la muerte de su hijo mayor Gaku (Kengo Kora).
El cual murió hace seis años en una batalla con un bando rival, tras la cual los Tawara, incluída la abuela Taki (Nobuko Miyamoto), dejaron su labor ninja por una vida “normal”.
Así, Soichi se enfocó en la destilería familiar de sake, Yoko en el cuidado de la casa -algo complicado por la falta de dinero- y los más jóvenes en sus estudios y empleo.
La familia debe volver a la acción
Pero un incidente en un crucero, que dejó varios muertos por envenenamiento, es el punto de inflexión de la familia, cuyos integrantes poco a poco retornan a su faceta shinobi.
Siendo el primero Haru, quien sin revelar su verdadera ocupación, comienza ayudar a la reportera Karen Ito (Riho Yoshioka) en la investigación sobre una misteriosa secta.
Al mismo tiempo que su madre acepta volver a trabajar para el Departamento de Administración Ninja, una agencia encubierta liderada por Hamashima (Tomorowo Taguchi).
Y la joven Nagi ve truncado su pasatiempo de robar y devolver objetos antiguos, para mantenerse en forma, cuando aparece un extraño que se hace llamar Ninja X.
En un camino que recién inicia su recorrido por el espionaje, el peligro, una flor venenosa y bastante humor, donde son esenciales las buenas actuaciones del elenco y el ritmo de su trama.
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