Múltiples factores y contextos son los que están en juego en la vida escolar. No basta con el ímpetu de los estudiantes por aprender o la pasión de los profesores por enseñar, sino también el sistema educacional que los acoge y las barreras sociales, políticas, familiares, y un largo etc. de trabas que influyen en el proceso.
Eso es lo que plasma la película francesa que tiene por nombre justamente La Vida Escolar. Se estrenó en el año 2019, pero ahora acaba de llegar a Netflix.
La cinta fue creada por Grand Corps Malade, el alias del compositor y escritor Fabien Marsaud, y el director de cine Mehdi Idir, quienes hicieron una película que mezcla perfectamente el drama y la comedia.
Todo, para lograr un filme adolescente en que conocerás a Samia (interpretado por Zita Hanrot), la nueva consejera escolar de un establecimiento en los suburbios de París, que intenta entusiasmar a los jóvenes que están en sus aulas.
Sin embargo, no es fácil enseñar en el lugar. Esto, porque hay muchos factores ajenos a la sala de clases que hacen que los estudiantes pierdan la motivación. Eso, además, de los contextos de los profesores, quienes a pesar de su entusiasmo, también tienen que lidiar con sus propias vidas y experiencias.
Los postergados de La Vida Escolar
Posiblemente esta cinta francesa, de casi dos horas, te recuerde a otra del estilo: Entre los Muros, esa de 2008 que se llevó la Palma de Oro, en los Premios Cannes, y que contaba acerca del día a día de un profesor.
A pesar de su parecido, se diferencian en que en esta siempre brilla el humor, y porque verás de forma explícita las limitadas opciones que se entregan a los estudiantes de menores recursos socioeconómicos.
Lo mismo con los académicos, quienes deberán cambiar su forma de enseñar para lograr que su auditorio los escuche. Incluso, atreverse a metodologías que no tienen nada que ver con el currículum impartido desde los organismos centrales.
La inmigración es otro de los temas latentes y no sólo por el hecho que la mayoría de ellos sean de otros países, sino también por las expectativas que tienen de su futuro en Francia. Llama la atención que a Samia, quien es hija de padres migrantes, la feliciten por tener un “puesto de trabajo”.
Ojo con la actuación de Liam Pierron, quien interpreta a un estudiante que pone en jaque al sistema. Fue nominado como Actor Revelación en los Premios César, que entrega la Academia de Cine Francés.